martes, 23 de octubre de 2007

YA ESTÁ AQUÍ EL TEDIO

Lo veo con su traje viejo, de pie, el codo apoyado en la repisa de la chimenea; es un diletante de esos que fuman en pipa. Hace años lo saqué de una obra de Conan Doyle.

[T] Ese empeño que pone usted en negarme es ridículo, señor Cohaagen. Después de tantos años, esperaba, si no una muestra de camaradería, al menos cierto reconocimiento.

Me resisto a contestarle. Concentro la mirada en la novela:

Florencia giraba alrededor, como una rueda de oro, sin que la notara

[T] Francamente, que no pueda dedicarme una hora, después de que le he dejado cuatro días para leer, me parece una descortesía atroz por su parte.

Florencia giraba

[T]¿Qué tengo que le disturba tanto? ¿en veinte años no ha podido acostumbrarse a mis visitas?

alrededor

[T] Incluso adopté el aspecto que usted me dio: epigramas, pipa, levita, hasta este ridículo deje inglés. Me he adaptado a su calendario, he respetado su felicidad conyugal, no le molesto cuando está en su oficina, ¿merezco este trato? ¿ni una mirada? ¿ni un saludo?

Florencia giraba alrededor, como una rueda de oro

[T] Oiga, ¡que sé que me está escuchando!, no finja. Compórtese como un adulto.

En efecto, muevo mis ojos desde la frase hasta la chimenea. Allí está. Sonríe satisfecho antes de evaporarse. He cerrado el libro. En la chimenea quedan unos rescoldos que en un par de horas se enfriarán, donde estaba su codo ahora se ve la vieja foto de mi hija. Si se quedara a conversar, el muy descarado... Pero no, siempre hace lo mismo, en cuanto le hago caso, se va. Ni siquiera comprueba que lo siguiente que hago es encender la tele.

1 comentario:

Emmaskarada dijo...

Yo le llamo el Huesped de los Domingos. Pero el mio es diferente; no tiene pipa, arrastra una maleta de ruedines, tiene las manos heladas.
El tuyo al menos te habla. El mio, mi huesped,como mucho se sienta en una silla.