viernes, 29 de junio de 2007

SIGO MAL

Cuenta hasta dieciséis y empezará el fin de semana.
Uno, dos, y mañana será lunes.
No pasó nada.
Alguien lloró, eso fue todo.

Voy camino Moria ¿tú hacia dónde vas?

jueves, 28 de junio de 2007

EL GERENTE DEL CREPÚSCULO

Anoche hicimos un cine club en casa. Vino Dillión (el poeta) con su novia peruana, Mayte. Estuvimos viendo "Fedora" de Billy Wilder. Carmen (mi mujer) y Dillion se durmieron antes de que William Holden saliera del bar. Mayte parecía hechizada, como si la película hablase de su propia vida.

Cuando la hija de Fedora comenzó a pudrirse en una clínica, la novia de Dillion no aguantó más y salió al jardín. Quise ser buen anfitrión y la seguí. Le toqué el hombro para consolarla, pero ella se revolvió, y en un murmullo me reprochó:

-¡Sos el gerente del crepúsculo!

Mientras me metía en casa la oí llorar y gemir.

Aunque se me encogía el corazón, sabía que no podía hacer nada. A veces uno es un símbolo sin saberlo, siempre se es un arquetipo. Supongo que mi papel es el de padre severo, el de gerente del crepúsculo. Lo lamento por Mayte pero no puedo cambiarlo.

miércoles, 27 de junio de 2007

LITERATURA DE POLÍGONO

Carmen Posadas y un servidor creemos que la escritura, al menos la nuestra, debe servirse como un champán fresco que sorprenda el paladar del lector con un bouquet irónico, fragante. Lo sucio no es eterno, tampoco lo brillante, pero la impresión que deja la guarrería es la misma en la literatura que en una camisa blanca arrugada.

Bella. Inteligente. Triunfadora.


La literatura de polígono, también llamada prosa de polímero, almacena trastos entre polvo, exhibe un triste stock de frases hechas y situaciones repetidas. Se conforma con el menú rancio de ocho noventa y cinco. Como consecuencia, es perfectamente olvidada siempre que se reparten premios. No existe. O existe como cifra de relleno. Se presentan noventa relatos, gana uno, ochenta y nueve acaban en el arroyo, confundiéndose entre compresas y bidones de Ertoil, y ni siquiera está claro si el que se ha salvado no merecía el mismo final.

En el polígono apenas hay vida, y desde luego no hay ningún bouquet. Carmen Posadas sabe, y yo intuyo, que la elegancia es el único punto de partida.

martes, 26 de junio de 2007

DE NUEVE A NUEVE

Esto es "The road" actualmente


Un dominio y un burro, no tenía más. Yo me lo curré.

Todas las mañanas llegaba al camino, me escupía la mano derecha y la restregaba contra la otra hasta que el viento las enfriaba por última vez. A las seis de la mañana sueñas que no estás trabajando. Tu gran proyecto es que lleguen las nueve, que llegue la señora con el café.

Parábamos a las dos. Tendidos en la sombra algunos creían que necesitaban hablar. No molestaban. Antes de las cinco Hassell venía a caballo. ¡Levantad! ¡Seguid! Nuestro proyecto era que llegasen las nueve.

Yo me lo curré.

lunes, 25 de junio de 2007

AHORCADO

El juego del ahorcado es un delirio para los habitantes de The Bottom. La competición que se celebra el primer fin de semana de verano mueve millones. Hay distintas categorías y todo tipo de apuestas: la letra que más se pide, la que más aparecerá, la palabra con más vocales, la más corta etc. El torneo dura tres noches y dos días y vienen concursantes de otras islas antillanas.

Este año ha ganado un vecino de Saba, un mulato. La palabra que escondió fue "Fluxor", y nadie fue capaz de dar con esa X. La que escogí yo, "Retranca", me eliminó en primera ronda.

viernes, 22 de junio de 2007

MI AMIGO EL POETA

Mi mayor crítico y el mejor amigo que me queda es un poeta mulato y tímido llamado Dillion que ha tenido demasiados problemas de drogas a lo largo de su vida como para que le queden muchos años en esta isla o en cualquier otra.

Durante la crisis del 99 se puso de parte de los nativos (a ellos les gusta llamarse así, aunque estrictamente no lo sean) y encabezó una delegación que pidió mi cabeza a la reina. A cambio de la regia negativa, se le otogó el premio "Principe Claus", y con sesenta años, Dillion, pasó de gacetilla menor a cronista oficial de esta esquina del Imperio.

Aunque el salto no fue para tanto, los otros poetas de la isla (los dos) rompieron relaciones con el laureado, y poco a poco, de esa forma tímida que le esclaviza, se fue acercándo a mí; al principio buscando protección, luego conversación, y por último nada más que compañía.

Ayer, mi amigo me regáló este hayke para mi cuaderno. No sé si me gustó. Me pareció triste:

"La parca que repta, parte rata, parte tapa,
que tapa la pata que estiro,
luce sin luz, como si incubara fluorescentes bajo la capa"

jueves, 21 de junio de 2007

ADVERTENCIA

Escuche Hassell, puede que sea el dueño de la isla como dice, pero mientras yo sea el consul, diré lo que crea necesario en los medios que considere adecuados. Ninguna amenaza me arredrará más de lo que estuve cuando usted amenazaba con difundir lo de mi hija. Ha perdido malicia, Hassell, no es más que un viejo arisco. No se sobrevalore.

PUBLICADO EN DIAGONAL 06/07

EL BOSTEZO

Se asumirá el fracaso (el peor, el de los que bajaron), se anunciarán medidas, se celebrarán las últimas fiestas. Una cámara registrará las lágrimas de una aficionada adolescente que pronto dejará de creer en su equipo. Una grabadora difundirá los gritos de júbilo de un jugador que nunca fue titular. Los rituales llevarán a la masa desde el estadio a la plaza, de la plaza a la catedral y de la catedral a algún sitio en donde haya comida y bebida abundante. Cuando se ha ganado no hay motivo para cambiar las viejas costumbres.




Dentro de un mes será sólo un recuerdo. Al sustituto lo sustituirán por otro sustituto, la adolescente se olvidará del fútbol por el amor a un cantante melódico, y las moles de hormigón esperarán vacías hasta que lleguen los partidos de pretemporada. Taquillas cerradas la primera quincena de agosto.


Una parte de los jugadores se irá a la Copa América, a la Intertoto, o a África, a recibir patadas de clasificación. Los presidentes apagarán los móviles una semana. Descansarán los árbitros. Tumbados en el césped de su chalet, quizá les duela menos el desprecio y la incomprensión por parte de estadios enteros. El fútbol empieza su siesta.


Sólo algunos fichajes llenarán las horas del informativo. Las motos y los coches han vencido la partida a las bicis, pero el Tour nunca se acabará. Será agradable sestear delante de la tele, tratando de adivinar quién es el más limpio y quién es el mejor ciclista... Para qué queremos tanto fútbol, se preguntarán muchos, si cada temporada los únicos que disfrutan son los que ganan y los que se salvan en el último minuto.


Los últimos partidos, para los demás equipos, han sido poco más entretenidos que un verano sin fútbol, tan frustrantes como esos días de trabajo en los que te quedas ocho horas pensando en nada.

miércoles, 20 de junio de 2007

FARY, DE LEJOS

Vi una vez al Fary, yo estaba en Cleofás (¿sigue existiendo esta sala?) acompañado de unos amigos. Sus canciones siempre me evocaron ese Madrid chuleta y cazurro, que hoy llaman castizo, guasón y etílico, una ciudad desacomplejada, que poco tiene que ver con lo que he visto en mis visitas más recientes.







Era un personaje ratonil, feo de proverbio, cariñoso de jotabé, falsamente andaluz, flamenco de verbena. Aquella noche nos hizo reir. Gracias a él y a otros así, sigo añorando algunas noches madrileñas de parranda, esas noches horteras.

martes, 19 de junio de 2007

RETRATO EN NO MAYOR

Hago ejercicio ¿sabe usted? no confío demasiado en mis paisanos. Preferiría no cobrar y vivir, que no vivir y cobrar, pero ya ve, me resigno, ¿no es eso lo que hace el resto?

Si me preguntaran qué les pasa a mis frases, diría que hay un exceso de proposiciones negativas ¿no cree? Si me quitaran el "no" puede que me abandonara la suerte, pero haga la prueba: hasta los más optimistas abusan.

Deje que le diga otra cosa, me muevo para reventar la camisa de fuerza, aunque no me gustaría que no se pudiera utilizar, en el caso de que se rompiera.

PUBLICADO EN ZARABANDA 06/07

COMO EL AGUA

Me he sentado varias veces enfrente de esta clase de nuevos escolásticos, los técnicos de recursos humanos, hombres y mujeres de bien, anchos de mira, aficionados a las carreras de bólidos, a la juerga, o al golf, y les he querido trasmitir que puedo adaptarme a cualquier contingencia, que soy apto para el puesto que ofrecen, sea el que sea. Durante una entrevista a las dos de la tarde me hice un bocadillo de anchoas para demostrarles mi capacidad de reducir el horario de la comida a seis minutos; pero aquello no le hizo gracia a la técnica que me entrevistaba, y me invitó a que me fuera. Después de eso comprendí que hay que esconder algunas virtudes cuando se busca un trabajo, una de ellas es el exceso de autonomía.







Ese anuncio en el que Bruce Lee se comparaba a sí mismo con el agua, omite el tema de que la capacidad para adaptarse de los seres humanos también puede arrastrarlos a acciones viles y a otras en las que se ponen en ridículo. La publicidad y casi todas las películas, tratan de comunicar al espectador que su producto supone un salto cualitativo desde la mediocridad de lo que podemos llamar real, hacia un mundo que ellos han inventado. La ética de su mensaje se ve adulterada desde el momento en el que plantean premisas falsas, como en el caso de aquella marca de tónica que prometía la liberación del cuerpo y de la mente o del coche que supuestamente te lleva a donde no llega nadie.



En una entrevista de trabajo, el mismo compendio de proverbios optimistas y mensajes vacíos se plasma en presentaciones de Powerpoint, reglas mnemotécnicas, y en pirámides (la de Maslow es la más conocida) que a priori analizan objetivamente las virtudes del trabajador pero que en realidad no son sino una filosofía simplona adaptada al marketing. Libros de autoayuda poco recomendables como “¿Quién se ha comido mi queso?” o novelas como “Juan Salvador Gaviota” son el refugio dorado de psicólogos deficientes cuyos consejos oscilan entre la pseudociencia y la parapsicología. Conceptos como empatía y proactividad, o lemas como conócete a ti mismo, generan toneladas de textos y revistas y son la hoja de ruta más aceptada entre los que ofrecen un trabajo de oficina.


Hace poco presencié un debate en el que mucha gente consideraba que más que de necesidades, la libertad precisa de responsabilidades. No todos eran fachas en el debate. Uno de los argumentos que expusieron fue que estamos en un periodo y en un lugar en el que la libertad es poco más que un objeto de consumo. Eso me hizo recordar otra entrevista de trabajo para la que me puse corbata, me afeité y hasta compré un paraguas. No me seleccionaron, los canallas, y eso que me había disfrazado de romano. Aprecié que llevar lo que uno quiere, delante de unos desconocidos que van a juzgarte por tus méritos, es otra forma de demostrar tu libertad.



A un amigo le despidieron porque tenía soriasis, a otro lo han echado de decenas de puestos porque no cae bien a la gente, a unas las discriminan porque son mujeres, a otros por ser negros, homosexuales, musulmanes, rumanos, pobres, por llevar pendientes, por no llevarlos, por vaguear, etc. Otro amigo, que desconoce el derecho de admisión de las empresas dado que cultiva boniatos en alpargatas, se autodefine como reformista de delantal y se jacta de que jamás ha asistido a una entrevista de trabajo de esa clase.


A veces, la libertad se aprecia en detalles nimios como beberse un gazpacho y se esfuma un momento después. Esa intermitencia lleva a muchos hipocondríacos a declararse bipolares, aunque es de suponer que los efectos son parecidos aunque no se padezca nada: ratos de euforia ante la vida y otros llenos de desconcierto y de un cierto vacío. Se pasa del gazpacho a las facturas en lo que tarda en repetirse una canción de los cuarenta principales, y el cuerpo necesariamente acusa el contraste, como cuando hace más frío en casa que en la calle.

Para muchos políticos y economistas, la libertad es un argumento sólido, tan pesado que puede arrojarse contra el que no favorezca el consenso que han establecido entre muchos. Cabe preguntarse, ¿si solo hubiera una opción, seguiríamos llamándola libertad? Contemplando el mundo alrededor estamos obligados a contestar que nuestras posibilidades son aceptables, siempre que se comparen con las de la gran mayoría.



Tradicionalmente la historia ha definido dos clases distintas de inadaptados, aquellos que se adecuan a la pequeña burguesía en cuanto entran en contacto con ella (es el mito del buen salvaje de Rosseau), y los que no transigen ante nada que pueda coartar su concepto de libertad (Veasé Bravehart). A nivel global cualquier forma de resistencia convierte a un país en miembro del eje del mal. En descargo de las democracias occidentales, o como demérito suyo, hay que admitir que muchos de los regimenes que se resisten a la invasión no atesoran ningún tipo de libertad; en cualquier caso, es necesario denunciar que existe la retorcida creencia de que el inadaptado no merece compartir un espacio que se considera propio, y que, desde el principio de los siglos, esta creencia ha degenerado en el odio, y su consecuencia ha sido el exterminio.

A nivel local, la presencia en la vida no novelesca de los marginados, inquieta y pone en alerta al director de Recursos Humanos que cada uno lleva dentro. A alguien sin móvil, sin trabajo, sin letras, sin esposa, sin Alonso, sin estrenos, sin ordenador, sin zapatos nuevos, sin nietos, sin Ipod, ni deudas ni perro ladrador, le importan poco las técnicas de Marketing o las curvas de diseño. No enaltecen el trabajo, y lo que más preocupa, no subliman el dinero. Son diferentes a la gente diferente que sale en los anuncios de la tele.


Son aquellos grupos a los que los manuales de autoayuda y los directores de Recursos Humanos consideran pobres o poco propicios. Las estadísticas oficiales los llaman parados de larga duración. Alguno pensará que esta clase de gente se parece más al agua del anuncio de Bruce Lee, por que comen lo que hay y beben lo que pueden, y se los ve paseando sin rumbo una mañana en la que no se ve a nadie que no sea un jubilado o un mensajero. Los hay que argumentan, con una cerveza en la mano, que en ese margen se encuentra la vida. No se sabe quién, que no haya estado en el margen, con una cerveza en la mano, puede llevarles la contraria.

lunes, 18 de junio de 2007

EL BUEN SALVAJE

Decían que era un buen trabajador pero en su mesa había hojas de papel como en el suelo después de una manifestación. Lo veían concentrado delante de su pantalla, respiraban su seriedad ejemplar, y, si no ascendió dentro de la empresa, fue porque en su vida privada no hacía otra cosa que satisfacer una a una, sin armonía, todas sus necesidades.


Un día todo terminó. Abrieron su cajón y estaba lleno de revistas porno, de cera de los oídos, de envoltorios de magdalenas y bolsas de patatas fritas. No le querían despedir, sin embargo, después de la reprimenda, él presentó su renuncia. Le dieron una carta de recomendación, aunque nunca la pudo usar ya que se manchó con la grasa de las patatas fritas.

jueves, 14 de junio de 2007

BODA

La isla está guapeada. Hoy es día de boda.
Dejamos el blog, dejamos los recuerdos tristes.
Todo el mundo está invitado.

miércoles, 13 de junio de 2007

LAMENTABLE CONFESIÓN

La venezolana era tu madre, me dijiste en el lobby
del aeropuerto boricua.
Señalé la puerta porque necesitaba fumar
pero nadie acertó a darme cigarrillos.
Una hija de cincuenta y tres años,
mi recién nacida,
¿Cómo iba a ser capaz de acostarse con su padre?
No me faltaba el aire, me sobraba.

martes, 12 de junio de 2007

UN VIEJO ENEMIGO

En esta foto Hassell sale favorecido

El viejo Hassell encaja bien en el arquetipo de mal nacido hecho a sí mismo que recuerdo de las novelas de Faulkner. Si cada habitante de la isla no estuviera bajo la amoral tutela de este canalla desde hace cincuenta años, probablemente alguien le hubiera amordazado, metido en un saco, y tirado al mar desde cualquiera de los precipicios de la parte occidental.


Desde que desembarqué en Saba he tenido su bota en mi cerviz. En todo este tiempo apenas he tenido arrestos para reprocharle sus peores jugadas. Sea en cuestiones de tierras, de ganado, de la carga de los barcos o acerca de las barreras de coral, Hassell nunca ha aceptado otra razón que no fuera la suya.

Ayer lo vi, en la fiesta de despedida de los universitarios. Se me puso delante, con ese gesto de desprecio que no es capaz de borrar ni siquiera cuando algún motivo le lleva a ser amable, y me dijo:

-Espero que tus recientes actividades no llenen esta isla de imbéciles turistas, Cohaagen.

No dije nada, sonreí a su esposa y me marché.

lunes, 11 de junio de 2007

¿PUEDES SENTIR EL BLUES?

No eres la única que no se divierte/ Toca, verás que estoy frío/Este es el blues, blues sabático/ ¿No recuerdas que lo escuchaste hará un año?/ Las canciones de la gente pobre siempre hablan de lo que perdieron/ los pudientes escuchan e imitan su ruido/ como el ruido de los pájaros, con ruiseñores azules de lata/ Es el blues, el blues de la Isla de Saba, no te levantes del suelo/ Una chica se impacientó y se fue antes de que este blues se terminara/Hoy todavía se ríen, los viejos cantantes del trasero*/ le hicieron esta canción, que es la que cantan los sábados/no te levantes del suelo/ verás que sigue estando frío.




*En español en el original.

viernes, 8 de junio de 2007

UNA SOLUCIÓN ANTE LA DERROTA

No siempre hay tiempo para calcular las fuerzas que te restan. A veces tienes que detenerte de súbito, descolgar el teléfono, renunciar a la actualización del blog o dejar a medias las explicaciones que das a la gente. La vida se me haría insoportable si no tuviera el mar cerca. Los pies palidecen dentro de la gran sopa del caribe y puedo verlos montruosos y minúsculos. Luego los aferro a la arena blanca.

jueves, 7 de junio de 2007

CONSIDERACIONES SOBRE NUESTRA COMUNIDAD

Otra vista de la Isla

Suena mal decirlo, pero aquí nos conocemos todos. Cada uno muestra lo que quiere que vean los demás y deja para su bungalow el agotamiento, la perversidad, la extroversión o la lujuria. No es un asunto de confianza, ni de amistad. A veces me da la sensación de que hemos aceptado que en 'los últimos refugios' no puede haber ni una cosa ni otra, aunque reconozco que eso suena a guión de cine: vivimos en concordia, eso es lo que más se ajusta a la realidad.



Hace unos años, un español estuvo unos meses alojado en el Hotel. Una de las últimas noches me confesó que por más que lo intentara, nunca podría acostumbrarse a las relaciones ligeras, al típico conocimiento epidérmico de los isleños, siempre demasiado precavidos para no preguntar a nadie por los negocios que le han traído hasta Saba. El compatriota (madrileño, para más señas) era de esa clase de exhibicionistas de lo ajeno que se alegran cuando alguien demuestra las distorsiones de su personalidad, por tanto hay que suponer que le resultamos los seres más aburridos del planeta.





Me parece oír una voz en off de esas que hablan al comienzo de una película de las costumbres del pueblo del protagonista. Una voz que me hace escribir: así somos, nuestras costumbres garantizan nuestra colectiva felicidad.

PUBLICADO EN DIAGONAL 06/07

HOY LE TOCA AL SEVILLA


No se cansan de escuchar elogios, Monchi, ojeador y ex suplente del Sevilla, y el presidente Del Nido, soprano arrogante y supuesto artífice del salto de calidad que ha pegado el equipo. En esta ocasión, la parafernalia pagana que exhiben en el estadio las aficiones andaluzas se justifica dada la fabulosa campaña de los entrenados por Ramos, jugadores ansiosos por multiplicar su cotización entre los gallos del continente.




En el año ‘95, el Celta y los del río Nervión, protagonizaron un breve descenso federativo causado por sus hediondas finanzas, del que lograron escapar a última hora gracias a varias manifestaciones de protesta organizadas por parte de sus aficiones. Después de aquel susto, ambos equipos bajaron jugando (mal). El Celta siguió a lo suyo. En cambio, la liquidez del Sevilla creció de forma fabulosa.



A su bonanza económica contribuyó la política de gasto cero que adoptó el club en segunda división, la agilidad de Monchi para concretar los fichajes, y la financiación que obtuvieron como hacen todos los clubes, por dentro o por fuera del límite. Hoy, Palop, un portero decidido, varios brasileños potentes y el ariete Kanouté, transportan al éxtasis al Pizjuán. Quizá todo acabe para ellos como acabó para los del Atlético, el Depor o el Athletic. Puede que dentro de poco su equipo sólo roce los postes y que sus vitrinas se queden viejas; pero no hay que negar que el presente les ha tocado en suerte. Si este fin de semana alcanzara el liderato, el Sevilla se convertiría en el primer club andaluz que gana la liga en un montón de años. Es el día del Sevilla, los béticos no tienen más remedio que aguardar a que llegue mañana, y mientras tanto, el Barcelona y el Madrid esperan que el año que viene, o el siguiente a más tardar, vengan otros a moverles de la silla.

miércoles, 6 de junio de 2007

CONSEJOS A UN ESCRITOR MEJOR QUE YO

Las gotas de sudor resbalan una sóla vez sobre la piel, no hagas literatura de eso, sé breve. Desbroza. Si logras sintetizar tus lamentos verás que aquello que te aflige, resumido, te aflige mejor y no cansa a quien te escucha. La verborrea, lo impuro, se desordenará sobre un escritorio junto a papeles que nadie querrá leer porque el sol los habrá quemado.

Las únicas frases que no has de escatimar son las que se evaporan en el texto como las gotas de sudor sobre las pieles. Las que dejan dos rodales debajo de las axilas de tu queja. Aquellas que sólo te huelen bien a ti.

martes, 5 de junio de 2007

VIVIENDO DE PRESTADO

Una foto de la isla


Prestar es un verbo con una comicidad implícita, irónica, dado que el que recibe algo prestado no tiene intención de devolverlo y el que presta no tiene esperanzas de recuperar lo prestado.


Hace unos diez años un amigo me pidió prestada a mi novia. Lo hizo con buen gusto y ella se mostraba entusiasmada, así que cedí novia, apartamento y barrio. Cinco años después me encontré casualmente con el amigo, que se había convertido a la sazón en objeto de prestamo por parte de la que fue mi novia:

-Jamás pensé que llegaría tan lejos -sollozó- ¡vendió tu apartamento!

Aquello me molestó. Me di cuenta de que ella nunca había pretendido regresar a mi lado.

lunes, 4 de junio de 2007

9800 GRADOS DE SEPARACIÓN

Me gustaría dejarles notas ofensivas,
a los hermanos que cantan canciones a dúo.
Debería decirles: sé que os lo montáis en la furgoneta,
durante las giras.
Pero el censor del encuentro digital no pasa el comentario que no he hecho.

QUE SE OS VA LA PASCUA

Alguien debería pararme por la calle, uno de esos nativos, chulos, que cifran su éxito en el grosor del anillo, de la cadena de oro que les regaló la última turista francesa. Deberían empujarme. Soy un anciano, para ellos. Yo no respetaba a los viejos. Viví la guerra del cerdo.

Si fuera uno de esos poetas que sorben café en el lounge del hotel, me marcharía a los suburbios. En cambio, nos absuelven: permanecen. Se miran el anillo, parpadean, juegan con el azúcar que han desparramado en la mesa, saludan de lejos. Si tienen rabia, la disimulan; no me aprecian, yo no he hecho nada por ellos.
Si protestan, lo hacen como si jugaran a saltar ranas en la orilla de la playa. Se han limado unos a otros los colmillos. Creyeron que vendiendo su bilis...

La historia de la docilidad es hermana de la historia del Arte. No creo en los airados. Apenas me conmueven los dignos, si existen; los incorruptibles. Es una cuestión de precio, de grosor, dice el cínico. Pero es peor que eso. No se venden por dinero. Los calma la fría conciencia de la muerte. Y ésa cada vez llega antes, y ya no hay faltas de respeto, sólo fría conciencia.

viernes, 1 de junio de 2007

DISCULPA

El mejor consejo que me dieron cuando comencé a trabajar fue: cuidado con lo que dices, si te invitan a comer bacalo al pil-pil. A mí me pareció tan absurdo como a ustedes, pero ayer, mientras comía bacalao, comprendí (demasiado tarde, es cierto) que las analogías empiezan mal y acaban peor. No lo comparen con nada. Sobre todo no lo comparen con eso que están pensando. No bromeen, no lancen una mirada significativa, dejenlo correr, disfruten de la salsa sin más, hablen del vino o de la música, hablen del trabajo, si es necesario, o no hablen.
Si hubiera seguido los consejos de mi primer jefe, hoy no tendría que pedir disculpas a una condesa, a un embajador afgano, y a sus invitados. Pero de esta vez, escarmiento. Que se vaya a la mierda la escatología. Me cago en mi sentido del humor.