Y todo porque hubo unos metros ¿cuántos fueron? ¿diez? En los que Churandy se agarró a la cuerda que estaban tensando dos estadounidenses, el tercero y el cuarto. Un par de segundos en los que imaginamos nuestra bandera izada, pero cedió, y veinte metros más allá los americanos se estaban abrazando como de costumbre, y Churandy miraba a la cámara diciendo: “Sí, sólo quinto pero es que estos machacas corren que se las pelan”
El mismo resultado que el domingo, pollos asados y palmaditas, sin embargo, ayer las risas sonaban tristes, aunque no hubiera motivos, sólo sensaciones.