martes, 31 de julio de 2007

GUÍA RÁPIDA (DE QUÉ VA ESTO)

Saba: isla de las antillas holandesas en el mar caribe.

The Bottom: capital de Saba, residencia de Vilos Cohaagen

Vilos Cohaagen: cónsul honorario, autor de este blog. Entrañable personaje, diplomático, apuesto a pesar de su edad provecta.

Carmen: actual pareja de Vilos Cohaagen, madura y tierna, luz de sus días.

Hell´s Gate: segunda población en número de habitantes de Saba y enclave del rancho de Vilos Cohaagen.

Hotel Continental: principal hotel de la Isla de Saba.

Dillión: primer poeta de The Bottom e íntimo amigo de V. Cohaagen, ganador del premio “Príncipe Claus” de poesía, infatigable fabricante de ripios y paradojas.

Mayte: lozana novia de Dillión. Excéntrica peruana, aceptable nadadora.

Katherine o Kate: veraneante, deliciosa criatura. A cargo de Vilos Cohaagen durante los meses de Julio, Agosto y Septiembre de 2007.

Hassell el viejo: virrey “de facto” de la isla de Saba. Archienemigo de Cohaagen desde hace décadas. Corrupto, encarna en sí mismo la decadencia de las Antillas.

Hassell el joven (alias “Craso” alias “el consuelo de las viejas”): sobrino de Hassell el viejo, menos taimado que su tío, más violento. Bastión del crimen en Saba. Desconoce lo que es la higiene.

Jóvenes poetas (los): diletantes indolentes, enemigos cordiales y estéticos de Cohaagen y Dillión. Se reunen en el Continental.

Pablo: sobrino-nieto del autor de este blog y prometedor articulista. Autor de algunas entradas convenientemente señaladas en esta página.

Jacho: especie de antorcha rústica. En el caribe, símbolo de la luz de la razón.

Mar caribe: contexto, referencia, inspiración.

lunes, 30 de julio de 2007

EL INDESEABLE

El jodido tipejo sonreía –¿es necesario usar palabrotas?- sonreía con restos de quiche lorraine en las comisuras. Lo que más le gusta es el vino, siempre lo prueban los restos morados de su boca. Se nombró a sí mismo “el consuelo de las viejas” hace un tiempo, bebía brandy con las viudas, les cantaba boleros con una capa de color caramelo en los labios.

¿Porqué eres tan jodidamente pintoresco? ¿Qué haces en mi casa?

Sonreía y miraba a mi huésped, esa chica, Katherine, antes ya hablé de ella, de la misma especie, sin embargo, ¡tan distinta! De él también les he hablado, Hassell el joven, capataz de esclavos, cómplice y criminal.

Aléjate de ella.


Construía un camino junto a trescientos hombres más. Hassel acompañaba a su tío. Un haitiano intentó estrangularlo y fracasó. Dejaron su cadáver donde trabajábamos; le quitaron los ojos de las cuencas y se los enviaron a su familia en Haití. A raíz de aquello se hizo llamar Craso. Fue antes del consuelo de las viejas. Mucho antes.


Marco Licinio Craso antes de ser Laurence Olivier

viernes, 27 de julio de 2007

NO ME PUEDO QUEJAR

Saben, no me puedo quejar de cómo me han ido las cosas. Una mujer que me quiere, una de las mejores casas de Saba, un terreno en Hell´s gate (esto, aunque suene a Rimbaud se traduce en cien cabezas de ganado, una alberca, aquí no se llama así, pero me gusta la palabra, e incontables cocoteros y palmeras hasta donde alcanza la vista) y el cariño y la gratitud de mis vecinos. Disculpen si de vez en cuando me quejo, pero espero que comprendan que lo hago por mantener el espíritu de las bitácoras: gran parte de las que leo me dan tanta pena que mi forma de solidarizarme es contar que hace calor, o exagerar una indigestión. Puede que mi vida sea mejor que la del resto de los blogueros, pero nunca me verán jactarme de ello.

jueves, 26 de julio de 2007

A CUARENTA Y TRES GRADOS

Los negros no salen hasta la noche. Toca que toca tambor y guitarra ¿hay algo más caluroso que el blues? Después ponen un cd y se cuecen bailando salsa (si se frotan: bachata) Desde mi lecho oigo los gemidos del callejón, no hay motivo para hacerse el simpático (otros tiran de escopeta), son las seis, falta una hora, me pongo en pie, ¿una hora para qué? ¡fuera de mi callejón!

En el despacho, mosquitos, es más difícil cazarlos que derribar un B52 tirándole besos. Si mueren es porque se estrellan contra el ventilador de techo, los veo sortearlo y no hago el trabajo que tengo acumulado. Últimamente no funciona bien, el ventilador. La jodida humedad de esta isla lo corroe todo.

miércoles, 25 de julio de 2007

CUANDO TENÍA 43

Hace treinta años desaparecí. Me encontraron los perros de una mujer que me hizo sitio en su suburbio y me sirvió sopas claras, y no me sirvieron de nada. Viví allí muriendo. Aquella mujer tenía algo de monja. Me acariciaba los cabellos y bebíamos hasta desaparecer.

La embajada me encontró. Holanda se hizo cargo del cadáver de Cohaagen. No pregunté si recompensaron a mi amiga. Una botella de Oporto hubiera sido un detalle.

Hoy se cumplen treinta años desde que desperté en una clínica de Haarlem. Un hijo me miró como el perro más peligroso, el más apaleado. Jamás querrían saber de mí. Hace treinta años perdí a tres. Los caribeños se sorprenden cuando les digo que no he vuelto a hablar con ellos: aquí a uno se le quiere más cuanto más se derrumba.

martes, 24 de julio de 2007

REYES AJENOS

Si no ocupara el cargo que ocupo probablemente me definiría como republicano de la cuerda de Alcalá Zamora, ordenado, visitante de las tías beatas, pero republicano por una profunda (o superficial) convicción moral de que, viniendo como venimos del mono es estúpido fingir que existen diferencias de rango.

Los monarcas holandeses nos convencieron de que ser republicanos era poco práctico. Los españoles en cambio, tienen esa frase de Unamuno: venceréis pero no convenceréis, como lacre de los libros de historia. Parece que con esa sentencia todos se dan por satisfechos, unos porque vencen, otros porque no renunciaron a sus ideas a pesar de la derrota.

Los borbones no han demostrado nada a su pueblo, no han tenido la responsabilidad histórica de convencer a nadie, sólo han destacado por su habilidad para los negocios y, sobre todo, por su capacidad de supervivencia, una virtud que se le supone a cualquier simio y que no deja de ser un equipaje ideológico paupérrimo. El que vence no se inmuta y (seamos honestos) no tiene porqué querer cambios, es el vencido el que tiene que superar las heridas de su orgullo y levantarse.

Eso pensaría si fuese republicano o si me importara algo la política española, que no me importa. Afortunadamente, vivo tan lejos, que esas viejas disputas me resbalan.

PUBLICADO EN ZARABANDA 07/07

HASTA OTRA, BRASIL

Ayer, una musa se me apareció mientras me cortaba las uñas y me dijo que tenía que ir a Brasil ¿Brasil? No puedo ir –pensé mientras la musa se esfumaba- apenas sé nada de ese país. Conozco de oídas el carnaval, imagino playas de arena blanca y mulatas en tanga, he visto jugar a su selección, y considero a Lula un buen tipo, aunque no sé si eso es suficiente. ¿Por qué voy a tener que ir a Brasil?

“Orden y progreso” pone su bandera. Pelé, Xuxa, Astrud Gilberto, el Cristo del Corcobado, Maracaná y Amazonas, son los nombres que vienen a mi memoria. No me interesa ni el sentimiento cristiano mil veces ramificado, ni el culto al cuerpo desmesurado y especialmente lascivo de los brasileños. Es, en resumen, un país más, con su tradición política de reformas y contrarreformas, su clase media culta surgida de Mayo del 68, y un sector financiero tan corrupto como el de Estados Unidos o España. El crimen en las favelas acaba por derruir la cara frívola que había construido a base de caipirinhas y de las revistas de viajes. ¿Qué tiene Brasil?




Flaco favor puedo hacer al afortunado lector que viaje hacia allá. De nada le sirve que repita que las cataratas de Iguazú son impresionantes. En cambio, él podrá decirme si existe otro distinto al que enseñan las agencias, un lugar húmedo (yo me lo imagino así), no por completo deforestado, dividido en regiones bajo la férula de mosquitos y virreyes dudosos. Salpicado de bosquimanos y espíritus que siempre han cedido su puesto ante la razón europea. Un territorio que durante siglos fue más medieval que fantástico.

Por medio de instrumentos como el sexo, la música o el fútbol, la fe de algunos brasileños y la parafernalia colorista de otros muchos degenera en excesos menos cruentos que los que se infligieron a los seguidores de Antonio Conselheiro*, líder de una multitud de pobres beatos a los que el ejercito exterminó por atreverse a fundar una comunidad antirrepublicana a principios del siglo diecinueve. Aquel reducto, en el que se luchaba contra las leyes modernas de la independencia, desapareció por anacrónico, para consolidar una versión nueva de la explotación de siempre.

Desde entonces, y desde otros episodios semejantes, la globalización ha ocupado su mercado como en el resto del mundo. El petróleo y la madera siguen marcando la pauta, sin embargo los indígenas ahora cuentan con defensores más realistas y los organismos internacionales aplauden las tibias reformas de su gobierno. Encabeza la lista de los países modernos, de los encarrilados en la vía del desarrollo. Aseguran que, a pesar de la pobreza, la democracia pone en la mesa alimento para sus habitantes. Algo natural, dados sus enormes recursos.

No obstante, los grandes ventiladores de los cabaréts, los niños que le dan al pegamento y los relojes paraguayos pueden acongojar hasta al más inconsciente de los turistas, aunque en esa clase de viaje la principal queja suele venir del servicio del hotel y el retraso de los aeropuertos. Quien viaje así posiblemente no descubrirá más que esa cara, pero lo que él pretende, sol, playa y caipirinhas, lo obtendrá de fijo.

Necesariamente, el protagonista pasará por Río de Janeiro o por Sao Paulo, capitales del continente americano, dos de los lugares del mundo más caros para vivir. Este dato, un mal síntoma para sus habitantes, lo explica una prosperidad o una decadencia, como la del imperio romano. La capital se convierte en la última estación de miles de emigrados, la ciudad lo importa todo, así que allí se queda el dinero de todos, hasta que alguien lo ingresa en las Islas Caimán. Mantenerse en la ciudad es caro y salir de ella también.

De Río o de Sao Paulo, nuestro turista lamentará la miseria de sus calles y la pobreza de miles de niños (no sé porqué, la pobreza en los niños se ve más). Quizá alguien le haya atracado o le hayan pedido una pequeña “mordida” y es posible que, cuando regrese, nuestro viajero cuente, en una sesión de fotos a sus invitados, las experiencias deshonrosas que cualquier europeo tiene que sufrir en una visita a ese país. Pero si hablamos de un viajero de mundo, él sabrá encontrar el Brasil imaginado del que habla la musa.

El turista elogiará ante sus amigos la hermosura de las brasileñas, a la gente noble de los sertones, les referirá que la clase culta de formación europea no piensa únicamente en el fútbol o en la cirugía estética. Usará hipérboles para recordar el Amazonas, intentará definir con una metáfora el atardecer de una de las diapositivas, y concluirá la sesión empeñado en demostrarles que vale la pena conocer Brasil.

¡Menuda suerte tienen los que se vayan este verano y encuentren ese país, y se bañen en el paraíso, y coman platos como los que se jalaban los piratas hace siglos! Les envidio, aunque yo me libre de parecer un cajero automático con pantalones cortos y cámara de fotos. Les envidio porque podrán añadir otros tópicos a la lista.

Todo viaje es un viaje en el tiempo, simultáneamente hacia delante y hacia atrás, fue lo que me dijo la musa. Si no viaja, uno se queda fuera de la historia, mirando por la ventana, haciendo frases que ha podido recopilar en Google. Imagina cómo sería ir a Brasil, a México o a cualquier otra parte, para reconocerse lejos en el espacio y en el tiempo, como en un relato de ciencia ficción; pero se queda en el mismo sitio.

El verano recuerda a algunos que no tienen dinero para largarse. Ni Brasil ni hostias, le he dicho a la musa. Apenas hay suficiente para las fiestas del pueblo, así que no me calientes la cabeza con cataratas y caipirihnas: de eso también lo hay aquí. Los que se vayan a Brasil, que no se acuerden de los recibos. Los demás nos manejaremos con la perra suerte. Ayer la musa se me apareció, pero hoy no quiere ponerme en nómina, así que, hasta otra, Brasil.

* Ver "La guerra del fin del mundo" M.V.Llosa.

lunes, 23 de julio de 2007

KATE, UNA GRATA SORPRESA

Kate, la chica holandesa que ha venido a pasar sus vacaciones con nosotros es encantadora y muy modesta. El viernes, cuando la recogimos, ya percibí que bajo sus gestos tímidos se escondía una muchacha con una educación exquisita, todo lo contrario de lo que esperaba. Durante la fiesta de bienvenida que organizamos el sábado su comportamiento no pudo ser más apropiado. En la partida de rummykub de los domingos dio las primeras muestras de un sentido del humor tan ingenioso como inocente.

¡Qué injustas son las generalizaciones! ¡cuántas veces tropezaré con los prejuicios, esos viejos amargados, que le vuelven a uno amargado y viejo! Sólo lleva dos días con nosotros pero Katherine ya ha vencido la resistencia de este tonto senil.

viernes, 20 de julio de 2007

HOY NO HAY ENTRADA

Invitado: Cohaagen, que se te pasa la hora.

El Jacho: Dejen que descanse un día, hoy me duele la tripa. No estoy totalmente recuperado.

Invitado: pse, eres igual que todos... prometes más de lo que puedes dar.

El Jacho: a veces son ustedes muy injustos. Sólo estoy pidiendo empezar un poco antes el fin de semana.

Invitado: Si me dieran una galleta cada vez que oigo eso sería el dueño de Tostarica.

El Jacho: El lunes tendrán una nueva entrada, se lo prometo.

Invitado: A lo mejor el lunes ya no me apetece pasarme.

El Jacho: (glubs)

jueves, 19 de julio de 2007

MENTIRAS DE BOLEROS

Pedro Junco jr. 1920-1942


Esta semana estoy en una especie de terapia musical. Dudo de sus resultados porque algunas canciones, sobre todo las letras, me inquietan, me ponen nervioso. Eso es lo que ha pasado con un magnífico bolero escrito por Pedro Junco Jr. que habrán escuchado muchas veces, se titula:

NOSOTROS
Pedro Junco Jr.


Atiéndeme, quiero decirte algo,
que quizá no esperes, doloroso tal vez.
Escúchame, que aunque me duela el alma
yo necesito hablarte y así lo haré:


La introducción típica, siéntate nena, pide lo que quieras, ¿estás cómoda? Junco da las primeras muestras de su desfachatez, “aunque me duela el alma”. Es probable que haya quedado con su nueva conquista esa misma tarde, de ahí el intenso olor a pachuli que desprende su guayabera.

Nosotros que fuimos tan sinceros
que desde que nos vimos
amándonos estamos,
Nosotros que del amor hicimos
un sol maravilloso, romance tan divino.
Nosotros que nos queremos tanto,
debemos separarnos,
no me preguntes más,

Junco no innova en el resumen: fue bonito mientras duró. Los adjetivos “maravilloso” y “divino”, terriblemente desafortunados, dan un indicio de un problema de fondo: por típico que parezca tal vez sea la impotencia, quizá alguna parafilia atroz; estos adjetivos tan cursis pretenden limpiar el recuerdo ignominioso de la memoria de la abandonada.

Capítulo aparte merece el primer verso. Con “que fuimos tan sinceros” Junco hace un ejercicio de cinismo sin arnés. Suponiendo que ella haya sido sincera, ¿qué nos asegura que él también lo sea? No es más que un brindis a ese sol tan maravilloso, otra prueba del delirio egolatra del sujeto. El último verso, “no me preguntes más”, indica que si la mujer sigue insistiendo puede terminarse la supuesta sinceridad de Junco.

No es falta de cariño,
te quiero con el alma.
Te juro que te adoro,
y en nombre de este amor
y por tu bien, te digo adiós.

¿Cuánto vale el juramento de nuestro protagonista? Ya lo saben ustedes.

“Por tu bien, te digo adiós” es lo único verificable en todo el texto: lo mejor que puede hacer la interesada es olvidar a ese fulano que se permite hablar en nombre del amor mientras mira el clavel de su solapa y espera a que el camarero venga presto con la cuenta.

miércoles, 18 de julio de 2007

TÓPICOS EN TOPICALIA

Hay en la isla un francés que no se cansa de atacar a los españoles. Me ofende cuando le oigo asegurar que no nos va la democracia, pero mi trabajo de diplomático me obliga a contemplar sus argumentos como posibilidades.

Dice cosas como que:

- A pesar de ser los primeros en autosatisfacción, los españoles no saben de la existencia de la autogestión.

- Cualquiera utiliza el poder para enriquecerse; al poderoso español le interesa más arruinar a sus contrincantes.

- Si quieres tener un enemigo cobarde préstale dinero a un español.

Cuando está borracho pasa de los proverbios al insulto, y se mofa de los borbones, a los que llama “Les mendiantes sôulés", una desagradable expresión que prefiero no traducir.

Los diplomáticos que paran por Saba me piden que haga oídos sordos. De momento les hago caso; ahora, el próximo 2 de Mayo voy a hacer una paella que le va a quitar "el sentío" al muy sieso , va a ver que cuando nos da la gana somos cojonudos.

martes, 17 de julio de 2007

RUTINA Y REPROCHES

El parecido de Hassell el joven y Louis Cohaagen (mi padre) es totalmente casual

Esta mañana he vuelto al trabajo. Me aconsejaron, tómatelo con calma, Vilos. Me he sentado en la butaca para mirar los correos electrónicos. El viernes llega la hija del subsecretario holandés. La niña querrá bucear, alquilaremos un barco y nos tostaremos al sol para satisfacerla; se enamorará de un rufián que la llevará a las peleas de gallos y le chuleará todo el dinero que le quede antes de que regrese a Amsterdam, nos tocará aguantar sus lloros si el macarra no viene a recogerla. ¡Valiente encomienda para un personaje abatido! Lidiar con una adolescente a estas alturas.


Cuando pienso que el viejo Hassell abandonó toda una semana a su sobrino, Hassell el joven, en un islote, para que se endureciera comiendo lapas y sorbiendo el agua de los charcos ... ¡menudo hueso! Así ha salido, un auténtico criminal.

Con calma, no te excites. Nadie te puede echar en cara nada, hiciste lo que podías, lo dijo la psicóloga: tus hijos no tienen motivos para quejarse ¡que se comparen con Hassell, si tienen agallas!

Hay que recuperarse paso a paso, sentarse en la butaca, mirar el correo, darse un baño y descansar. No te hace bien recordar el pasado, Vilos, no te hace bien. Todos los que te aconsejan coinciden en eso.

lunes, 16 de julio de 2007

LA SECTA DEL MAR

De todas las canciones españolas, "La secta del mar" de Radio futura es una de las diez que más me gustan, y, como dice Bolaño, no es la última de esas diez. Los peores textos de Auserón, o los más accesibles, fueron los que auparon al grupo al territorio sagrado de "La movida", una entelequia que mis compatriotas (aquí por fuerza he de ser injusto ya que no fueron todos mis compatriotas, posiblemente fueran sólo algunos entusiastas y un puñado de directores de marketing avispados) consideran el no va más de la cultura alternativa, que es el nombre que se le da en España a todo acto en el que no se sirve jamón ni hay mozas gallegas disfrazadas de sevillanas.


Metido de lleno (o de relleno) en cualquier recopilación ochentera, el grupo de los Auserón tiene grandes discos, uno de ellos "La ley del desierto/ la ley del mar", al que pertenece esta canción, excelencia del estilo guacho bucanero, evocadora del verano eterno en el que nos paramos los antillanos.

Escucharla es como sentir el Atlántico en los pinreles, aunque se viva a miles de kilómetros. No puedo hacer que la oigan, pero al menos lean una de sus estrofas, y piensen en la espuma que sueltan las olas, si se animan:


El misterio de sus ojos en los viajes
es mi compañía
y la alegría al conseguir esmeraldas
es como sentir de cerca su mirada.

Jamás creí poder soñar
por eso estoy en la secta del mar.

viernes, 13 de julio de 2007

NOTAS

De lo que termina sin haber empezado: Nadie admite que llegado un punto del camino dio la vuelta y menos que se paró. Lo primero al menos se interpreta como un regreso al punto de partida, vende mejor. Preferir no hacerlo sigue siendo lo que era en los tiempos de Melville.

Bartleby, según google



Huida: hay pocos que se atrevan a reconocer que abandonan. En lugar de eso, corren. Se corre hacia donde sea, no importa la meta, se corre para verse correr.

En la curva mala de la carretera nueva: Pero estas notas se refieren a los que se detienen. Nunca llegarán ni se les espera. Si dieran consejos ellos serían los primeros en dudar de su valor. En el modesto jalón en el que se quedaron hay una patética brisa que les impide asfixiarse completamente.

Inasumible: joder tía me has dejado a medias. No me gusta la gente tibia. Ni chicha ni limoná.


Entre tanto: se siguen preguntando de dónde coño viene esa brisilla.

jueves, 12 de julio de 2007

AMIGOS ASÍ

Dillión, poeta de pueblo con ínfulas (le dieron el premio príncipe Guillermo), estuvo en casa ayer por la tarde. Se burlaba de mí. Un tipo gracioso, el mulato. Me entregó un poema. Algo que él considera poesía. Como le premiaron, nadie lo discute. Eso es el éxito, palmaditas, sonrisas, aceptación. Estos eran los versos:

"Muere Cohaagen, muere.
Podrido marisco, mordisco de mil soles,
mil grados conjuntos que apagan
en lugar de encender.

Jacho podrido, luz que huele.
Fuentegambuna, señor: cónsul, no gobernador.
Con veneno ligero de (pocas) antorchas
con cianuro de fábula aragonesa .


Que maten al cónsul,
con pociones de mil parásitos recocidos,
con olores de cesta hedionda
que alguien le dé ese placer"



Prometo dejarles un tiempo sin versos. Asimismo dejaré de hablar de mi intoxicación, de la que por cierto me recupero lentamente. No soy tan ingenuo como para no darme cuenta de que ya les estoy aburriendo.

miércoles, 11 de julio de 2007

VUELA, FRENA CON LOS PIES

Los seres humanos cometemos errores. No se sabe de ningún imbécil que no fuera antes ser humano. Todo esto a cuento de tres faltas de ortografía, tres, en la última entrada.

Los seres humanos encontramos excusas; las excusas son más convincentes que las mentiras, por eso me gustan.

Por lo demás, si digo que quiero vivir es posible que se hagan una idea de mi estado. El médico asegura que me recuperaré. Se rió cuando le hablé de envenenamientos: aquí lo único venenoso es el Caribe, dijo.

Ya ven que la tarde de ayer no fue buena.

"Vuela amigo vuela alto" decía. ¿Era Julito Iglesias consciente del tufo a vitriolo que suelta su estribillo? Probablemente no, siempre ha sido un gilipollas.

martes, 10 de julio de 2007

DANDO VUELTAS



Eran tal que así

Investigar desde la cama, obviamente, más bien es conjeturar.

Ni la propia Carmen se libra de mis sospechas. ¿No es cierto que lleva unos meses pidiéndome que cambie de vida, que deje de ser el viejo Cohaagen, ordenado, aburrido, cónsul, y me convierta en el dinámico capataz de otro proyecto de vida ? ¿No puede haberle agotado la espera?

Los que han seguido este diario puede que hayan pensado en Hassell. Como todos en la isla, sabe dónde compramos las gambas. Pudo verter su veneno. Tal vez las empleadas del consulado, pero lo dudo, su sueldo no depende de mí... Quizá el poeta, quizá su novia, Hassell el joven... Cualquiera encuentra razones para matar a otro, sólo sobra la ley.

No he avisado a Holanda. Mi secretario cree que se trata de una indigestión y lo más probable es que no sea nada más que eso. ¿Para qué molestarse en acabar con un viejo?

Pensar así no me consuela. No sé por qué espero la gloria de un final abrupto. Hay poca épica en una gamba rancia, y el resultado es más o menos el mismo. Es cuestión de forma. Un asesinato es un magnicidio. Temo a la muerte vulgar.

lunes, 9 de julio de 2007

UNDER MY THUMB

Vuelvo al pasillo, andando despacio.
Está vacío.
Algo huele mal. Son restos de gamba.

Morir tiene que ser la última decepción,
después de tantas no debería doler.

El veneno es una credencial: somos importantes.
No sé si merecemos tantas molestias.
No sé si merecemos el plural.

Dejad que los monstruos se acerquen a mí.
Felicitadme en las tinieblas, sentíos como en casa.
No hay ningún espejo, así que todo es real.
Salvo el animal, salvo yo.

Llevaba años sin hacer una lista de enemigos.
Pensaba que saldrían menos, no hay que discriminar.

Me siento en plena forma, llevo cuatro días sin salir de la cama.
Carmen me vela. Deberíamos casarnos.
Estoy en plena forma.
Estoy en plena forma.

viernes, 6 de julio de 2007

TERROR

Cohaagen avanzaba por el pasillo. Era medianoche. De pronto, un animal le miró: en sus ojos había tanto miedo como odio. Sus fauces sanguinolentas rezumaban espuma. De los orificios de la nariz caía un líquido vapor transparente.

Agarróse
a su vientre.

Cohaagen
gimió, intentó zafarse de él tirando cabezazos al aire, puñetazos al vacío. Todo el esfuerzo le dejó, minutos después, empapado, exhausto, farfullando incoherencias, apoyado en la pared.

Nunca un pimiento relleno había sido tan temible.

jueves, 5 de julio de 2007

PUBLICADO EN DIAGONAL 07/07


POR LA CARRETERA

La leyenda (1930-1975). Los mitos del campesinado crecen comiendo inocentes helados en la cuneta. El Tour se convierte en el acontecimiento veraniego de los franceses, que no tardan en exportarlo a los Países Bajos y en captar a los mejores ciclistas italianos y españoles. La televisión aún no tiene capacidad técnica, pero la radio relata con gracia las escapadas caóticas y las subidas a los puertos que deciden el campeón de la ronda.


La pérdida de la inocencia (1975-1988). La industria farmacéutica surgida de la posguerra europea alcanza su cénit. La velocidad media de la carrera se dispara gracias a la ebullición de la química. En televisión, la agradecida audiencia de sobremesa soporta con gusto las tres grandes vueltas. Justo a tiempo, irrumpen los plateados del Reynolds del simpático Perico. La contrarreloj y la táctica adquieren más importancia de cara a la general.

La madurez (1990-2000). aquí, el fenómeno Miguelón retrasa la decadencia. Ésta llega después, inexorable, coincidiendo con la evolución lógica de cualquier deporte: que gane un norteamericano. La política antidopaje alcanza la mayoría de edad y se produce el primer caso contra un equipo, el Festina. La lucha contra el crono y los gregarios se antojan básicos para obtener el triunfo final en París.

La edad de cobre (2000-...). La tecnología y los circuitos meten al ciclismo en el cajón de los deportes minoritarios. Los laboratorios pierden el norte, y sus clientes, manejados por múltiples intereses, se caen de la bici con desdoro. Unos cuantos acaban en las fauces de la droga. El esfuerzo deja de ser un valor en la sociedad globalizada. El entorno del ciclismo no encuentra la fórmula que convierta en superhéroes a los corredores. Desde la retirada de Armstrong la incertidumbre reina en la ruta.

VIEJOS ANCIANOS

En la Almunia, mi abuela lanzaba cucharadas a sus nietos: son natillas de la casa casera -decía. Si estaba en el sillón y no quería moverse, tenía dos respuestas a nuestros tirones de vestido negro: hace calor caluroso, o bien, el frío que hace es fresco.


Digo esto porque parece que viste mucho hacer recuento de aspectos tiernos del pasado. Pero lo cierto es que mi abuela le hizo imposible la vida (sin exagerar, las sobremesas) a mi madre, y también a mi padre.


Ahora que soy viejo, que gestiono el crepúsculo, que mendigo caso -toda la arrogancia se ha demostrado vana- pienso que era la repetición lo que exasperaba, la falta de sorpresa. De verano a invierno el reproche no se movía un milímetro. Supongo que creía que si el frío era fresco ella no podía decir otra cosa. Afortunadamente como nuevo viejo soy más reservado.

miércoles, 4 de julio de 2007

LA QUIETUD

Está enfadada, y no me extraña, mi mujer con la entrada de ayer, mejor dicho, conmigo. Intenté explicarle lo que ha desentrañado el habil comentarista Javier Pérez (al menos es lo que interpreto), que la inanidad es consustancial a la vida, que esperando acontecimientos se pasa el arroz, o peor, que se queda uno como esos que nunca se pasan, de plástico.

Todo esto viene a colación de un apunte de dicho comentarista en su blog acerca de las pasiones. Me he quedado con ganas de compararlas con un yo-yo, por su uso, pero basta de metáforas.

La vida no es un arrebato, esposa mía, menos mal. Desperdiciar la vida es un placer, es en cierto modo desperdiciar la muerte. Huyo del tráfago como huyo del trabajo, de este trabajo, y no veo nada heróico en ello, afortunadamente.

Los grandes proyectos, la vanidad, no han llegado a Saba, amor, "la modestia en el vestir se exige al entrar aquí" ponía en la puerta de algunos bares, antes. Que me haya quedado atrapado en esta islita no significa que fuera se esté bien. Y tiene otra ventaja: aquí no compito. Por eso la sensación de estar atrapado en Saba no está tan mal.

martes, 3 de julio de 2007

LA SENSACIÓN DE ESTAR ATRAPADO EN SABA


Mapa de Saba, para los no iniciados

Esta mañana me quedé mirando el ventilador del despacho durante un buen rato. Recibí una llamada de un subsecretario holandés que me anunció la llegada a la isla de su hija. Luego almorcé con Carmen, charlamos de la proeza suicida de Mayte, me dio noticias de mi hijo, y también estuvimos callados mucho tiempo.

Hay días de los que sólo se puede decir que comiste tomates cherry, que cuando miraste al mar perdiste la consciencia durante siglos, siglos que se convirtieron en segundos. Hay días en los que se desperdicia la vida.

lunes, 2 de julio de 2007

UNA NOVIA DIFICIL

La forma de ser de la novia del poeta no deja de sorprenderme. El sábado, después de una discusión con él, se metió en el agua y comenzó a nadar. Se adentró dos millas en el mar. Cuando se cansó se quedó allí, inmóvil. Quién sabe si quería que un calambre la dejara en el fondo marino.

Dillión llegó una hora y media después, en la chalupa de uno de sus amigos pescadores. Por lo visto Mayte subió sin rechistar. Dicen que sonreía como una niña, envuelta en una manta, mientras la barca se acercaba al puerto. Desde luego es una mujer bien fuerte.