No tan crío, me vestían de domingo para rezar a la virgen, cucurucho de altramuces y toda la tarde libre. Aquél era el paroxismo de la raza. No se hacían grandes alardes porque nuestra pertenencia era incuestionable, aunque en nuestro caso viviéramos más tiempo en Holanda que en España (“La pilarica os encontró en Ámsterdam” decía mi tía).
Hablaban de una gran gesta pero yo nunca la asocié a la simple realidad del desembarco, que me parecía más un asunto de piratas que una epopeya. Cuatrocientos tipos hambrientos y ambiciosos contra un manojo de indios desprevenidos. Lo natural es que fuera una masacre.
Hablaban de una gran gesta pero yo nunca la asocié a la simple realidad del desembarco, que me parecía más un asunto de piratas que una epopeya. Cuatrocientos tipos hambrientos y ambiciosos contra un manojo de indios desprevenidos. Lo natural es que fuera una masacre.
Bonita estampa de la conquista de América
Los alardes de ho, tienen que ver con cierta psicosis con respecto de su propia identidad que de un tiempo a esta parte aprecio en muchos españoles. No admiten aquello que para cualquier extranjero es tan cierto como el sabor de los altramuces: si se insinúa que el descubrimiento tuvo mucho de genocidio, se ofenden y lo llaman cruzada; si se dice que los musulmanes estuvieron siete siglos allí, lo niegan –o hablan de los visigodos-, incluso hay quien sigue defendiendo la legalidad de la invasión franquista.
En esta isla pocos saben que mañana se celebra el día del descubrimiento. Si alguien le dijera a un mulato, “oye, tienes que celebrar el día de la hispanidad”, éste seguramente le contestaría “bien ¿por qué no? siempre y cuando me den libre en el trabajo, y me digan de qué me tengo que vestir”
En esta isla pocos saben que mañana se celebra el día del descubrimiento. Si alguien le dijera a un mulato, “oye, tienes que celebrar el día de la hispanidad”, éste seguramente le contestaría “bien ¿por qué no? siempre y cuando me den libre en el trabajo, y me digan de qué me tengo que vestir”
A algunos españoles les pasa lo mismo, les dan el día libre y se disfrazan de patriotas.
Lo malo es que se creen su disfraz. Repito que se trata de una especie de psicosis
3 comentarios:
debo vivir en ese barrio, Psicosis dices?
ay vilos, que exagerada es la raza...
saludos en casa.
sila
No me extrañaría D. Vilos que Vd. fuera de esos que sólo cree en nuestro sagrado doce de octubre porque es fiesta. Pero, en fin, sepa Vd. que este día también ocurrieron otras cosas, por ejemplo, se empezaron a vender impermeables en Escocia. Sólo por esto ya debería ser fiesta.
Salud y República
Psicosis, con todas las letras, tampoco es extraño, si se tiene en cuenta que la mayoría son trolls y se mueren si ven la luz (de la razón)
Sólo por el chubasquero vale la pena la celebración, me ha convencido. Debería conmemorarse también el día del paraguas, la capa de agua, de los getres, las botas katiuskas... O que cada vez que lloviese fuera fiesta, qué demonios.
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