miércoles, 5 de septiembre de 2007

KATE NO ES PARA SABA

Este es el avión que cogerá Kate dentro de diez días



Después de volver de mi solitario e incomprensible paseo por la playa, decidí hacerle caso a Augusta II y fui a encontrarme con Carmen en la casa de su amiga. No se sorprendió de verme plantado en la puerta. Mandó a una mulata que trabaja allí, con un mensaje: “si has venido para lo que pienso, podrás esperar unos minutos más”

Y allí me quedé, pensando en qué significaba un horizonte de trazo efímero o un cambio en lontananza. ¡Pamplinas! –me dije- son sólo rodeos a la cuestión principal: ya no me siento seguro en Saba, después de tanto tiempo...

Sin embargo, mientras meditaba estas cuestiones, pasaron por delante vecinos de toda la vida: el ingeniero, el hijo de aquel viejo guitarrista, la madre de mi secretaria etc. y me saludaron con el mismo gesto amable al que llevo respondiendo desde hace cuarenta años.

Quiero que se vaya Kate y que se lleve su pureza tentadora. ¡Pobre! No tiene ninguna culpa pero espero ansioso el miércoles que viene.

Al cabo de un hora bajó Carmen, sonriente.

2 comentarios:

Augusta II dijo...
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Augusta II dijo...

¿Un cambio en lontananza? ¡Qué me va usted a contar! No sabe cuántos cambios hago yo cuando no me siento segura de un cuadro. Después lo observo y me digo '¡virgen santísima, qué es lo que he cambiado, si el cuadro es el mismo!'. Y luego me doy cuenta de que el trazo del horizonte sigue ahí, aunque aparente huir, aunque parezca distinto, ¡es él!. Y a pesar de que me oculte cosas es mi única referencia; lo único que constata mi identidad invisible.

No se presione tanto. No se deje arrastrar por los últimos acontecimientos. Espere un poco a ver qué pasa. No le imagino yo fuera de Saba, fíjese.

No sabe cómo están las vecinas. Todas me preguntan a diario. '¿Sabes algo nuevo?', me dicen, pero claro, estamos pendientes de la sonrisa de satisfacción de Carmen. Porque será de satisfacción, creo yo. Supongo que hay noticias frescas.

¡Madre del amor hermoso, me ha picado un Vilos, y lo peor de todo es que me encanta rascarme el habón! Es lo que tiene ser portera. Nuestro hándicap, como lo llaman ahora.

No se demore con las noticias, haga usté el favor, eh...

Uy, me voy a tender que se me hace tarde.


Salu2!!!