viernes, 1 de junio de 2007

DISCULPA

El mejor consejo que me dieron cuando comencé a trabajar fue: cuidado con lo que dices, si te invitan a comer bacalo al pil-pil. A mí me pareció tan absurdo como a ustedes, pero ayer, mientras comía bacalao, comprendí (demasiado tarde, es cierto) que las analogías empiezan mal y acaban peor. No lo comparen con nada. Sobre todo no lo comparen con eso que están pensando. No bromeen, no lancen una mirada significativa, dejenlo correr, disfruten de la salsa sin más, hablen del vino o de la música, hablen del trabajo, si es necesario, o no hablen.
Si hubiera seguido los consejos de mi primer jefe, hoy no tendría que pedir disculpas a una condesa, a un embajador afgano, y a sus invitados. Pero de esta vez, escarmiento. Que se vaya a la mierda la escatología. Me cago en mi sentido del humor.

5 comentarios:

Filisteum dijo...

Lastima de bacalao, hombre.

:-)))

Vilos Cohaagen dijo...

No se lo acabaron, amigo Javier, y casi nos cuesta un incidente diplomático, pero le aseguro que la consistencia era idéntica (aunque no sé mucho de química).

Anónimo dijo...

Porqué te escondes???? TU

Anónimo dijo...

Tu me gustas más que Vilos, sal de tu cajón

Vilos Cohaagen dijo...

Querido/a anónimo/a:

Aún a riesgo de que no lea mi respuesta le diré que aprecio su comentario pero no sé de que me habla, soy un blogger normal, llamado Vilos Cohaagen, que utiliza esta plataforma para publicar los escritos de mi sobrino-nieto, Pablo Elorduy, que (supongo) es la persona que le gusta más que yo. A mí también.

Les seguiré informando de sus éxitos, pero deje que me explaye en mis fracasos.

Su seguro servidor,
V.C.