HOY LE TOCA AL SEVILLA
No se cansan de escuchar elogios, Monchi, ojeador y ex suplente del Sevilla, y el presidente Del Nido, soprano arrogante y supuesto artífice del salto de calidad que ha pegado el equipo. En esta ocasión, la parafernalia pagana que exhiben en el estadio las aficiones andaluzas se justifica dada la fabulosa campaña de los entrenados por Ramos, jugadores ansiosos por multiplicar su cotización entre los gallos del continente.
En el año ‘95, el Celta y los del río Nervión, protagonizaron un breve descenso federativo causado por sus hediondas finanzas, del que lograron escapar a última hora gracias a varias manifestaciones de protesta organizadas por parte de sus aficiones. Después de aquel susto, ambos equipos bajaron jugando (mal). El Celta siguió a lo suyo. En cambio, la liquidez del Sevilla creció de forma fabulosa.
A su bonanza económica contribuyó la política de gasto cero que adoptó el club en segunda división, la agilidad de Monchi para concretar los fichajes, y la financiación que obtuvieron como hacen todos los clubes, por dentro o por fuera del límite. Hoy, Palop, un portero decidido, varios brasileños potentes y el ariete Kanouté, transportan al éxtasis al Pizjuán. Quizá todo acabe para ellos como acabó para los del Atlético, el Depor o el Athletic. Puede que dentro de poco su equipo sólo roce los postes y que sus vitrinas se queden viejas; pero no hay que negar que el presente les ha tocado en suerte. Si este fin de semana alcanzara el liderato, el Sevilla se convertiría en el primer club andaluz que gana la liga en un montón de años. Es el día del Sevilla, los béticos no tienen más remedio que aguardar a que llegue mañana, y mientras tanto, el Barcelona y el Madrid esperan que el año que viene, o el siguiente a más tardar, vengan otros a moverles de la silla.
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