miércoles, 13 de junio de 2007

LAMENTABLE CONFESIÓN

La venezolana era tu madre, me dijiste en el lobby
del aeropuerto boricua.
Señalé la puerta porque necesitaba fumar
pero nadie acertó a darme cigarrillos.
Una hija de cincuenta y tres años,
mi recién nacida,
¿Cómo iba a ser capaz de acostarse con su padre?
No me faltaba el aire, me sobraba.

No hay comentarios: