viernes, 28 de septiembre de 2007

ESTA NOCHE, BLUE MACON


Otis Redding (1941-1967)


Todos los años, por estas fechas, viene un grupo de Curaçao: Blue Macon and the Pitifuls que hace versiones de los temas que grabó el fabuloso Otis Redding. Como es frecuente en esta clase de bandas, la formación que tocará esta noche habrá cambiado con respecto a la que nos emocionó el año pasado aunque, en esencia, el concierto será muy similar.

Comenzará con los temas populares, My girl, The dock of the bay, Satisfaction etc. No es que sean malos, pero tienen algo de música promocional, por eso es mejor que los despachen rápido. Después llega el momento en el que Blue Macon presenta a sus Pitifuls.

Macon es un maestro de ceremonias de la vieja escuela, bromea, nos saluda a los habituales, introduce las canciones con un chiste o una anécdota que suele comenzar: “una noche estábamos tocando en Saint Paul...” O bien: “cuando Otis era un niño, allá en los estados del sur...”

Después, retoma el concierto con Shake y aborda las canciones más marchosas del repertorio, Mr. Pitiful, Security etc. Para cuando llega la primera balada, Cigarrettes and Coffe, los de la tercera edad ya tenemos el corazón dispuesto. Sad song es el preámbulo perfecto para las dos canciones de Otis que más me gustan, My lovers prayer y A Change Is Gonna Come. El año pasado se me saltaron las lágrimas con esta última. Miré de soslayo a Carmen y ella también estaba llorando, caían suaves y plácidos goterones en sus mejillas mientras murmuraba:

Lord I'm coming but I know
That changes gonna come

El recital termina con Try a little tenderness.
Para entonces, Blue ya ha sudado más de lo que es saludable en un hombre de setenta años y tiene que parar. El concierto no llega a la hora y media; se hace corto, pero nadie protesta. Blue promete volver y se despide hasta el año que viene. Hasta esta noche.

jueves, 27 de septiembre de 2007

ESTO NO ES UN JARDÍN JAPONÉS

La boloñesa es un arma cargada de futuro


Sin remedio, el escritor de blogs entra en crisis. Conforme pasan los días, el protagonista de un diario público pierde fuelle, le pasa incluso a los que son visitados (lo sé por que lo he leído en sus blogs) los mejores siguen esforzándose, pero muchos, igualmente buenos, abandonan.

Los jóvenes se dicen que escriben para pillar cacho, aunque después de doscientas entradas no se hayan comido un currusco. A mí, que ya estoy mareado de dar vueltas en el carrusel, me mantiene algo que pomposamente llamo la lírica de lo inútil.

Y dinos, Vilos ¿en qué consiste?

Que difícil lo ponen, definir la belleza de lo inútil cuando ni siquiera podemos asegurar que haya belleza alguna. Me centraré en lo inútil. Lo inútil es esto, lean una línea más y lo sabrán: no ayuda a pagar las facturas, no les curará si están enfermos, ni pillarán cacho, ni siquiera rascarán una miradita; esta línea no va a poner unos macarrones en la mesa. Si pudiera, los haría gratinados, pero no puedo.

Ya sabemos que es inútil ¿por qué insistir?

Bueno, ahí están los atardeceres, cada día hay uno y nadie se queja.

miércoles, 26 de septiembre de 2007

MEMORIA Y ESQUIZOFRENIA

Conforme fuimos aprendiendo historia, en Holanda, creamos una leyenda del hombre que fue mi abuelo, un republicano que murió en el Ebro. Cuando regresaba a la Almunia me comportaba como un verdadero bocazas. Más de una vez abochorné a mis tías. Para mi inflamada adolescencia todos eran asesinos, cobardes y traidores. Los héroes habían muerto.

Mientras la Generalitat de Valencia financia el segundo valle de los caídos, el gobierno español ultima una ley de revisión histórica que eludirá aspectos importantes como la apertura de fosas y la anulación de los juicios sumarísimos del franquismo.

Sin una respuesta contundente queda la esquizofrenia.

¡Saquen a los cadáveres! Aunque huelan. No se pasen de prudentes.

¿Esto lo dice el adolescente que fui, o el diplomático que soy?

Podría decirlo cualquiera.

martes, 25 de septiembre de 2007

LA CARTA

Hay mujeres que se vuelven locas de amor y hay locas que aman, Mayte es de estas últimas. No vio en Kate a una enemiga. No podía odiarla ya que hacía feliz al poeta. La muchacha lo explica en su carta: fue tan dulce, la protegió tanto, le expuso tan delicadamente los deseos de Dillión, que nuestra joven holandesa se enamoró de ella, de una forma casera, callada. Fue inútil que Mayte intentara girarla hacia él, la chica ya había elegido su amor de verano. En San Martín, los tres, alcanzaron un consenso que apenas duró un par de días. Dillión (cito textualmente) “se volvió loco de celos”

Aquella noche, mientras daban un paseo por los acantilados del sur de la isla, el poeta las atacó. Estaba borracho. Golpeó a Mayte, derribó a Kate y quiso forzarla sobre la hierba mojada. Mayte le alcanzó la cabeza con una piedra. Fue suficiente para que Kate se zafara. Dillión se incorporó, grogui, y dio vueltas alrededor suyo. En un movimiento mareado, tropezó hasta el borde del precipicio. Kate se acercó, antes de que Mayte supiese lo que hacía, y le empujó: Dillión perdió pie, se despeñó y las olas se lo llevaron para siempre.

La carta la encontré hace una semana, en uno de los libros que Kate había cogido de la biblioteca de Hell´s Gate. Se despegó de las primeras páginas de “Orgullo y prejuicio”, y planeó hacia mis pies, como un avioncito de papel. Después de leerla, la hice pedazos y los eché en la barbacoa. Un gerente sabe cuándo tiene que dar carpetazo a un asunto.

ZARABANDA 09/07

LA JUVENTUD BAKALA ES EL PRESENTE

La historia da comienzo en los últimos años ochenta, en las periferias de Madrid, Barcelona y Valencia. En unos cuantos meses “La ruta del bakalao” pasa de ser la costumbre de un grupo minoritario a convertirse en fenómeno y motivo de alarma social. Los informativos dan con el asunto y contribuyen a su extensión entre grupos de chavales que todavía no conocen los efectos de la máquina y las drogas de diseño. Se entra en la década de los noventa al ritmo de la canción “Éxtasis” de Chimo Bayo, el primer y uno de lo pocos himnos reconocibles, una letra que enseguida se vuelve pop.


Los que renegaron de él en cuanto apareció no habrán cambiado su posición un ápice. Para ellos el bakalao era y sigue siendo, primero una horterada, segundo propio de macarras, y tercero consecuencia del “fin de la historia”, de la desideologización y del tupido velo con el que la sociedad de consumo tapa los llamados “problemas reales” de la gente. Hoy en día el movimiento está copado casi por completo de adolescentes con el pelo de punta y chicas con minifaldas, aunque hay que anotar que la adolescencia ha superado las limitaciones de edad y se prolonga en muchos casos hasta el absurdo. Lo que era un mercado poco estructurado a principios de los noventa, en la actualidad genera todo tipo de productos para el consumo y ocupa un amplio sector de la cultura.

No es una pastilla, es un piercing

Hace seis años, cuando las torres de la ciudad deportiva del Madrid no eran más que un proyecto, la revista “Camisa de fuerza” llevó a su portada la arquitectura bakala. La reforma del estadio Vicente Calderón o los nuevos centros comerciales plasmaron por primera vez el ideal de hijos de la transición que anhelaban un futuro barroco en el que el cristal superaría al ladrillo y los coches pasarían de los doscientos cincuenta con la máquina sonando a todo trapo. La película “Matrix”, una versión maquinera del ciberpunk, falló por diversos motivos en la conquista del bakalaero medio, que siempre ha sido partidario de una visión más simple del progreso.

“Corrupción en Miami”, en cambio, es la apoteosis de este movimiento en el cine. Su comienzo, un fiestón, da paso a un trepidante encadenado de macizas y paisajes exuberantes, disparos, fuerabordas, y otra serie de valores parecidos. Cada gramo del metraje está destinado para un solo tipo de consumidor: el que prefiere un buen espóiler antes que la Victoria de Samotracia. Aquellos a los que no les importe lo que es un espóiler encontrarán los diálogos pueriles, el guión absurdo y los personajes inequívocamente horteras; tal vez no valoren el virtuosismo de la cámara, y tal vez ni los propios bakalas lo ponderen en exceso, ya que ellos dan por hecho que las cosas que molan, molan porque sí. Ese es uno de los motivos de que no haya aparecido un teórico que fuera y siga siendo maquinero, ningún filósofo que plasme la ideología del movimiento en papel, ni ninguna novela que se haya ocupado de la famosa ruta entre las discotecas de Madrid y Valencia. Parece como si la cultura del bakalao sólo pudiera transmitirse puesto hasta las cejas en una fiesta.


Con esta película nos encontramos ante el manifiesto invisible de este grupo, invisible pero atronador. Una manifestación de ritmos y carnes prietas sin espacio para la retórica, algo parecido a una fiesta. En “Corrupción en Miami” concluyen varios procesos simultáneos que en su origen no tuvieron que ver con el bakalao: las tarjetas de crédito, los clásicos carteles que representan a una mujer y un Pegaso ayuntando a la luz de una luna psicodélica, la eclosión de Chueca, los videoclips, las videoconsolas, la liga de fútbol profesional, el tunning (en general todo lo relacionado con los automóviles), las pandillas latinas, la ropa de marca, el terrorismo internacional, etc. Todo eso cobra sentido en una sociedad necesitada de estímulos como la que defienden los bakalaeros.


El movimiento ha transcendido las discotecas y en cierta medida las drogas, para ganar popularidad. Quedan lejos los tiempos en los que lo dominaban grupos ultras que se autodenominaban nacional-bakalaeros. El intento por parte de unos cuantos partidos xenófobos se superó con la victoria aplastante de la estética sobre la política, cuando lo gay conquistó el derecho a la música de baile. Despojada de la amenaza de las ideologías, la imagen del bakala se transformó y los anuncios procedieron a moldear el nuevo canon. Los fachas podían escuchar techno, pero el movimiento le pertenecía a la publicidad. Hoy día se estima que el votante bakalaero es conservador y moderado, aunque no faltan simpatizantes de otros partidos ni abstencionistas por omisión o por convicción.


La influencia de la máquina es tan amplia que el término ya no define nada. Una investigación futura deberá llevar la búsqueda desde los pioneros, ese puñado de obreros con ademanes futuristas y problemas con las drogas, hasta lo que es el movimiento en la actualidad: un filón comercial y la propuesta de ocio que ha asumido el mayor número de jóvenes, jóvenes que también tienen ademanes futuristas y problemas con las drogas.


En conclusión, el bakalao ha superado los peores vaticinios del ciberpunk y ha convertido el ocio en una exposición macarra, inequívocamente “Kitsch”. La máquina ha vencido sin dejar rastro. Ha borrado las marcas de rebeldía que en algún momento distinguieron a la juventud, ha aniquilado la cultura del realismo, ha conseguido que abandonemos a la vez la esperanza de una regeneración y el catastrofismo, y nos introduce a su ritmo en el futuro perpetuo. Como en una novela de ciencia ficción, la máquina parece más humana que los humanos, o como dicen los “Daft Punk”, humana después de todo. Es tan obvio lo cutre que ha quedado el futuro que por fuerza nada que no sea humano es responsable de semejante presente.

lunes, 24 de septiembre de 2007

ALGO SE MUERE EN EL ALMA

No había vuelto a la finca desde finales de agosto. Apenas hago caso al campo, sólo trato de descansar y estoy aprovechando para reflexionar acerca de esta página, por qué la hago, para qué etc.

En el último post, por ejemplo, yo quería hacerle un homenaje a un amigo que perdí recientemente; no me gustan las sevillanas, sin embargo escogí esta canción porque es la que mejor expresa el sentimiento que me embarga cuando recuerdo a Dillión y a otros amigos que la vida me ha escamoteado. El caso es que, el viernes, cuando regresé a casa, Carmen estaba enfadada: lo había leído y le parecía una burla. Por el contrario, uno de ustedes se preocupa por mi estado de ánimo; dice, si no interpreto mal, que me torturo. Y puede ser que ambos lleven razón.

Leo otros blogs y los veo íntegros, claros, objetivos. En cambio al Jacho le falta honestidad, es críptico, serpentea ¿No hubiera sido mejor confesarles que el encuentro con los poetas del continental me había hecho recordar a Dillión? ¿Tenía que hacer el paripé de las sevillanas?

En fin, creo que Carmen acierta cuando dice que me deshumanizo. He pasado el fin de semana ensayando nuevas formas de hacerles llegar mis ideas. Creo que este post demuestra mi propósito de enmienda: no quiero que mi alma se muera de cinismo.

viernes, 21 de septiembre de 2007

SEVILLANA DEL ADIÓS

La “Sevillana del adiós” es probablemente la canción andaluza más conocida. Su letra, compuesta por Manuel Garrido y Manuel García, recuerda a las “cantigas de amigo” de la lírica galaico portuguesa y al recurrente tema mozárabe del “Habibi”. El Habibi es el amigo mayúsculo, objeto de devoción por parte del cantante; en la tradición, no es raro que éste se declare enamorado (suponemos que platónicamente) de su Habibi.

En esta Sevillana no se habla de amor, hay ya una voluntad de contención, llamémoslo recato, que se evidencia en la siguiente estrofa:

Un pañuelo de silencio a la hora de partir
a la hora de partir un pañuelo de silencio
a la hora de partir un pañuelo de silencio
a la hora de partir
A la hora de partir porque hay palabras que hieren y no se deben decir,
porque hay palabras que hieren y no se deben decir.

No conviene precipitar una opinión sólo porque estemos insertos en la era posmoderna; objetivamente, asistimos a una despedida intensa entre dos amigos ¿hay algo más triste y más hermoso? Esa alma machadiana en la que algo se muere no se alimenta de deleites terrenales, ni de manzanillas ni de salmorejos, sólo se nutre de amistad pura y sincera.


Pero la canción es estremecedora, no por el dolor del momento, más bien por el aroma de fatalidad, por el sello de lo irreversible. El amigo se va en barco, es decir, se va para siempre, en otras palabras, se muere. Esta interpretación se ve reforzada por el hecho de que no hay diálogo posible con el Habibi. Fíjense si no en la siguiente estrofa que, de tan desgarrada, es hasta perogrullesca:

Ese vacío que deja el amigo que se va

el amigo que se va ese vacío que deja
el amigo que se va ese vacío que deja
el amigo que se va.
El amigo que se va es como un pozo sin fondo que no se vuelve a llenar
es como un pozo sin fondo que no se vuelve a llenar


Puede que alguno diga que en el estribillo (No te vayas todavía) sí se produce una comunicación, pero a mi juicio, el autor se proponía evidenciar en él la desesperación del cantante. El resto de la canción no deja lugar a dudas, no hay amistad que sobreviva a la separación, no hay voluntad que doblegue al destino.

jueves, 20 de septiembre de 2007

NO BASTA CON ESCRIBIR BIEN

Al volver del suburbio me metí en la cafetería del Continental. En una mesa había tres poetas, los dos barbudos y un chico de quince años, en la otra esquina los siete restantes.

Está libre el puesto de poeta oficial de Saba y los barbudos hacen frente contra el líder de los siete. Los principales argumentos que tienen en contra suya son: que es muy feo, que se limpia las babas con la manga de la chaqueta y que nunca ha prestado su caravana a los amigos.

Se fueron los barbudos y el adolescente y me senté con los siete. El líder estaba migando una magdalena en el té, los lutos de sus uñas resbalaban hacia la taza. Repetía que su caravana era suya, que nunca la prestaba “¿Usted se bebería esto si escupo dentro? Pues tampoco duerma donde follo”

Los seis me pidieron que avalara la candidatura del líder al premio “Príncipe Claus” pero les dije que no podían contar conmigo. No porque sea feo, sino porque es un guarro. Imagínense qué pensaría de nosotros Beatriz de Holanda si le viera desmenuzando un bollo.

PUBLICADO EN DIAGONAL 09/07

PARA SER UNA ESTRELLA

El peinado que llevaba cuando pasó el balón en Alicante está colgado en las mejores peluquerías. La fundación que le puso Nike organiza cenas para lo más granado de la sociedad y enseña a los niños del Tercer Mundo lo bien que puede sentar una camiseta de marca. Hay un tendero japonés que le envía una caja de langostas cada vez que chuta a gol. Cada diez minutos, ‘Miss Diez minutos’ le declara amor eterno.

Mientras plancha la oreja en su chalet, el club contrata un doble que lo sustituye en los entrenamientos. A la una comienza a rodar anuncios y a las cinco le hacen un traje de saliva. El astro dedica el resto del día a moldear el peinado que lucirá el partido que dé otro pase genial. Si tiene una mala racha opta por tatuarse un proverbio zen. El jugador fue a ver a una vidente; ha probado el yoga, el monofisismo y la acupuntura, pero no consigue averiguar qué puede regalarle a sus hijos estas navidades, y esa flaqueza le hace sentirse el más desgraciado de los hombres.

Sabe que algún día sus huesos serán polvo, se lo dijo la pitonisa y lo repitió la psiquiatra que el club contrató para él. Tiene grandes casas en las que esperar el crepúsculo y cientos de televisores para recordarse, aunque no logra concebir cómo será cuando no sea joven. Se mortifica pensando que los que llama sus amigos le traicionarán cuando ya no sea guapo. No está seguro de si él mismo se querrá entonces.

Los suyos dicen que es un buen tipo, muy sencillo para ser una estrella. Si la prensa quiere hablar bien de él, recuerda que sus comienzos fueron humildes, que nació en un barrio obrero, que no cató las langostas hasta los veinte años. Con su sudor se ha ganado lo que su abuelita llamaba el respeto y ahora ya no clava sus botas en el barro; se eleva un par de palmos por encima del suelo.

miércoles, 19 de septiembre de 2007

UN ASUNTO ME LLEVA A LOS BAJOS FONDOS

Así es Teloria



Una vieja se muere en el suburbio de Teloria. Es súbdita holandesa, voy a verla.

Cómo está, señora. Muy mal Don Vilos, me muero.

En la habitación de al lado, sus familiares (la jefa, una rolliza mulata desdentada) tejen la mortaja, regañan a los niños, se ríen.

No diga eso, no se muere.

No sea absurdo.

(Qué puedo decir, en la habitación no hay luz, todo es negro o morado, huele a moho) Me dedico el gesto de tomarle la mano.

Tengo un hijo en la guerra. Es blanco de corazón, menos que usted. Aquí estaba perdido, le mandamos allá. No tiene la nacionalidad. Es negro. Ya sabe lo que los marines hacen con los nuestros, me lo matan, señor Vilos, me lo matan.

No diga eso, sobrevivirá.

¿Usted cree? Ay, ojalá Él lo escuche. Si fuera posible hacerle holandés.

Desde aquí es difícil, tardará meses.

(Ella adivina)

Veré que puedo hacer.

Dejo a la vieja doliéndose de la vida. Una de las hijas me acompaña. Ya se ha hecho de noche en Teloria. Los holgazanes nos ven pasar, mastican un salazón de cabra muy popular entre los mulatos. La desdentada se ríe por nada. Me habla del hermano que está en Irak:

Mal bicho no lo matan, ese nos sobrevive a tós.

Cuando pasamos el límite del barrio, desaparece.

Huele a oreja de cerdo a la plancha. Desde esa calle se ve la playa, el manto cae sobre ella sin abrigarla. Las estrellas deberían despedirse de la anciana y de su hijo. Sería un detallazo.

martes, 18 de septiembre de 2007

LAS UVAS ESTÁN PARA COGERLAS



Ayer, en el canal internacional de Tve, un hombre fuerte, analfabeto funcional, exponía de apabullante manera un argumento a favor de la contratación de ilegales para la temporada: no es en septiembre cuando el gobierno tiene que preocuparse por los vendimiadores ilegales, decía, la uva lleva plantada todo el año, si no se saca se pudre, si se pudre nadie gana.

La periodista lo aceptó porque ese es su trabajo, pero yo no me quedé convencido. ¿Es cierto que nadie gana si se pudre la uva? Quizá sea así en abstracto. El mercado, sin embargo, no se mueve con silogismos: la pérdida de unos implica ganancias para otros, eso es igual en septiembre, noviembre o marzo ¿Pierden los ilegales si la uva se pudre? Puede, pero ¿cuándo no pierden los sin papeles?

Aunque, como buen agricultor, el capataz fingía su enfado, no podía ocultar la satisfacción que le producía el momento. Ni convergencias, ni tasas ni penalizaciones, sólo la viña reflejaba su mirada. Era tan elocuente la reventona gordura de las uvas que hasta a los esclavizados rumanos ponía alegres.

lunes, 17 de septiembre de 2007

KATE YA ESTÁ A MILES DE KILÓMETROS

Ya se acaba parte de esta historia, se va nuestra invitada, y no puedo decir que me apene. Ha sido tan hermética con respecto a lo del poeta desaparecido, tan obstinado su silencio, especialmente las últimas dos semanas, que todo el cariño que la profesaba se ha enfriado tanto como la mirada de un muerto.

¡Qué lejos queda aquel encantador paseo por Hell´s Gate! Algunos recordarán que entonces no tenía palabras para ponderar su discreción, su inocencia, el amor hacia todos los seres que destilaba su amable rostro.

No puedo decir que Kate haya cambiado; si así fuese, yo soy el culpable. Expuse a la chica a los vicios de Dillión y su novia, y el resultado ha sido desastroso. Menos mal que la peor parte se la ha llevado el viejo poeta. A fin de cuentas, como dice Carmen, lo de Kate se puede arreglar con un año de psiquiatras. Tiene toda la vida por delante. Por su bien, que la viva lejos de Saba.

viernes, 14 de septiembre de 2007

OLVIDEN LO DE AYER

Eran minucias.

Una excusa para hablarles de mi hermano Andrés, a quien tanto defraudé.

Andrés, si algún dios te deja leer blogs, un abrazo. Sabrás que me he reformado. Escucho los blues de Saba que tanto te gustaban, vivo con una mujer como salida de tus consejos, le gusta la limpieza, come más de lo que bebe, sonríe a menudo... Tú me conociste a algunas que... Pero eran buenas chicas en general.

La última vez me guiabas por el aeropuerto como a un ciego. Debería hablar de cristales rotos, del último servicio, de que ya no tenías afecto que darme, pero es que no me acuerdo.

Supe que habías muerto unos días antes de mi última recaída. No tendré el mal gusto de decir que castigué mi hígado para decirte adiós.
Esta despedida te habrá gustado más.

jueves, 13 de septiembre de 2007

EL COCHE ESCOBA

Navegando por algunos blogs he descubierto que los hay que hacen amigos, y esto me ha hecho acordarme de las colonias a las que mis padres nos enviaban cada verano. Mi hermano siempre volvía de ellas con un par de novias y unos cuantos camaradas que en unos cuantos meses pasaban al cubo de la basura sentimental en el que echaba todo lo que le sobraba para la supervivencia en este perro valle.

En aquel entonces yo era un crío enfermizo y lleno de granos y mis amistades eran de coche escoba. Nos juntábamos los feos, las gordas y los ciegos, pero entre nosotros no nacía nada reseñable, ningún sentimiento sublime; era una unión que no me atrevería a calificar de solidaria dado que la vertebraba la envidia hacia los guapos.

Me da la impresión de que las relaciones a través de la web son más duraderas que las de colonias, pero éstas se desarrollan igual que aquéllas: noviazgos cantados, emocionantes flechazos, adoraciones silenciosas, y sobre todo castidad, grave y pactada castidad.

Si mi hermano tuviera un blog, seguro que tendría quinientas entradas diarias y cincuenta comentarios en cada post, pero Andrés está muerto, ya no me puedo adherir a sus éxitos como hacía entonces. Ahora formo mi propio bando. Espero que unos cuantos feos, algunas ciegas y más de un gordo tomen partido por mí, por los viejos tiempos. No protagonizaremos bonitos romances ni seremos buenos camaradas, pero al menos no estaremos solos. O sí.

miércoles, 12 de septiembre de 2007

LO QUE EL VIENTO SE LLEVA Y LO QUE NO

Menudo disgusto

Ayer vimos esa película, para complacer a nuestra invitada Kate.

¿De qué hablamos cuando hablamos del Sur? De honor y esclavitud, unidos y reunidos, y de una aristocracia obtusa, como todas las demás, pero sobre todo efímera, mucho más que las europeas, tan efímera que una brisilla puede arrastrarla.

La protagonista, que identifica sus borceguíes con la idea del Sur mítico, se encapricha del paniaguado Wilkes y de paso lo confunde con el héroe de esa arcadia perecedera. El cínico machote, Butler, se encarga de decirle lo que todos pensamos: que ha perdido el norte por ese sur que no existe (diga lo que diga Serrat) y que ha descuidado lamentablemente el sur anatómico que todos los humanos debemos ocuparnos de regar.

Mientras veía la película no dejaba de pensar que tal vez Saba es como el Sur, la estrella amarilla del Caribe, con nuestras ayas negras, nuestros encajes y ese sentimiento de superioridad que arrebola las mejillas de muchachas y no tan muchachas. Quizá aún no ha llegado nuestro Gettysburg, aunque me inclino a creer que el viento del Caribe sólo arrasa las casas de los pobres. Los únicos castillos que la historia se lleva por delante son los que construyen en el aire taradas como Scarlett O´Hara.

martes, 11 de septiembre de 2007

OTRO ONCE DE SEPTIEMBRE

Recuerdo el Chile de Allende por sus aeropuertos, por sus azafatas esbeltas, por los pilotos con apellidos británicos y ese acento zumbón de ganas de reírse de sí mismos antes que de uno. Aquel once de septiembre yo tenía que aterrizar allí (Inglaterra nos invitaba a tomar el té en uno de los countries de Viña del mar) pero el golpe retrasó la merendola casi un año. Cuando regresé, el acento zumbón de los militares sonaba tétrico y lo demás, como dijo el poeta, era silencio. Un silencio que después imaginamos roto por horrísonos gritos nocturnos, pero que entonces, y hasta hace poco, fue hermético y terrorífico (ya saben que el silencio es tan amigo de la prudencia como del miedo).

Cuando ocurrió lo del World Trade Center, estaba de vacaciones en mi casa de Hell´s Gate. No por casualidad leía en aquellas fechas “Estrella distante” una novela negra de un portentoso y joven escritor chileno, Roberto Bolaño. Recuerdo aquellas coliflores de polvo y de cascotes brotando en Wall Street como si las torres fueran tallos que volvieran a la tierra.


A aquello no le siguió el silencio, sino el ruido. Entre tanto ruido consumí la novela del silencio, del otro once de septiembre. Con ella cerré, al menos eso creo, la cuenta pendiente de embajador de countries, de involuntario cómplice. Al terminarla encendí de nuevo la televisión, para ver el polvo flotando en un mundo ya ajeno, en el que yo no pinto nada.

lunes, 10 de septiembre de 2007

PERROS Y CARNE

Después de una hora, Hassell interrumpió al jefe de policía y explicó lo que éste quería decir: desde luego no vamos a perder un minuto más en buscar a su amigo. El muerto al hoyo y el vivo al bollo. Es una pena, un príncipe Claus, el primer poeta de la isla. Si fuera posible, lo canjearía por doscientos o trescientos paisanos, pero nadie ha pedido un rescate, no se puede hacer más.

Miré al terrateniente con menos rencor del que pretendía fingir. Él se arreglaba el bigote. Debajo de sus labios nació una especie de disculpa que no iba dirigida a mí ni al policía, era como si la ensayara con nosotros antes de mirarse en el espejo.

Con respecto a la viuda -añadió dirigiéndose al jefe- tendrá que estar atento para que no se repita lo de la barca. Usted que la conoce más, Vilos, ¿cree que...?

¿Suicidarse? No lo sé. Creo que ni Dillión podría responder a eso.

No deje de informarnos si nota algo extraño.

Algo me detuvo cuando iba a decir que todo en Mayte es extraño. Me imaginé a aquellos dos como perros de presa en una guardería. Asentí mirando el bigote de Hassell.
No dejaré de informarles.

Y creo que no queda más que tratar... Haga el favor de transmitirle mis recuerdos a la joven.

viernes, 7 de septiembre de 2007

CUIDADO: BURÓCRATAS

Doce llamadas para dilucidar quién paga 26 dólares de impuestos, figúrense que mañana tan entretenida. Muchas buenas ideas han muerto en manos de un funcionario sádico.

La burocracia es la perversión sentimental de algunas personas, que gozan manoseando la paciencia de los demás. Cuando hablan por teléfono, su deleite no tiene barreras: ponen caras, hacen gestos obscenos, tapan el auricular con la mano para insultarnos... Viven para burlarse de lo simple.

Algunos, en sus notas de suicido al señor juez (no hay que pasar por alto que suelen ser personas terriblemente infelices) escribieron cosas como: “no estoy autorizado a darle esa información”, o bien, “yo no me invento los procedimientos”. Estos, al final de sus vidas, demostraron un sentido del humor tan negro como el tóner de una impresora. La mayoría, sin embargo, carecen del más mínimo encanto.

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Los 26 euros los he pagado yo ¿lo dudaban?

jueves, 6 de septiembre de 2007

¿QUÉ TIENE DE ESPECIAL?

Hoy me he quedado dormido. Había bastante luz cuando he abierto el ojo. He llamado al despacho para avisar. Mi secretaria, que es adicta a la ópera, estaba llorando. Ha muerto Pavarotti, me ha anunciado, como si desde ese momento nada más importase. Se me ha ocurrido bromear y le he cantado “qué tiene de especial, tanta, tanta canela” pero no le ha hecho ninguna gracia. Cuando he llegado al despacho no me hablaba. Le he reprendido seriamente por su actitud “hay quien muere trabajando, en lo mejor de la vida, y Pavarotti ha muerto entre terciopelos y farfalli”

Señor Vilos, los hombres como usted y Pavarotti no deberían morirse nunca –ha contestado.

¡Cómo me halaga la fe que tiene puesta en mí esta empleada! Si hubiera oído a mi mujer ayer por la tarde, de qué manera se burlaba de mi candidez: “Si tú supieras” repetía “si tú supieras”

Mi secretaria, en cambio, cree que yo lo sé todo, aunque se enfade o no comprenda mis bromas. Pobrecita... ¡cuánto me quiere!

PUBLICADO EN DIAGONAL 06/09

TORRES SE VA DE CASA

No ha pasado tanto desde que el niño debutó con el Atlético. Fue al final del primer año en el infierno. Marcó un gol que entonces parecía decisivo pero que al final fue insuficiente. Un año después ya era un personaje, y en un par de temporadas se hizo con el brazalete para convertirse en el jugador indispensable del Atlético, lo que no es decir mucho si se examinan los jugadores que en estos años ha tenido ese club.

Cuántas veces se preguntarán los aficionados qué hubiera sido del Atlético esta temporada si los Gil no hubieran vendido al ‘niño’, ahora que por fin han hecho fichajes que pintan bien. Sin embargo, da la sensación de que todos han ganado con el negocio: el equipo ha mejorado ostensiblemente y Torres ya marca para los de Benítez.

Quizá le hacía falta irse para demostrarse que no está sobrevalorado, quizá unas temporadas en Inglaterra sirvan para que controle mejor el balón o para que deje de tirar al bulto, pero, hasta que vuelva, la Liga se queda huérfana de promesas. El Atlético pierde al último canterano que llegó al primer equipo, y los rivales tachan un enemigo de fuste. Torres consiguió consagrarse como un especialista capaz de ganar puntos en un momento de inspiración; fue el jugador más regular de los equipos regulares de la Liga. En Anfield, tendrá que multiplicar esos chispazos para granjearse una sombra del cariño que siempre le ha dado la grada del Calderón.

Desde el doblete hasta el día de hoy, Torres ha sido el más capaz de levantar al estadio. Y ahora se va de casa. Se queda vacante el puesto de líder en el Atlético; consagrar al próximo será la última función del Calderón antes de que la orquesta se traslade a la Peineta. Pronto los goles de Torres serán un recuerdo sepultado bajo unos apartamentos de lujo a los pies del Manzanares

miércoles, 5 de septiembre de 2007

KATE NO ES PARA SABA

Este es el avión que cogerá Kate dentro de diez días



Después de volver de mi solitario e incomprensible paseo por la playa, decidí hacerle caso a Augusta II y fui a encontrarme con Carmen en la casa de su amiga. No se sorprendió de verme plantado en la puerta. Mandó a una mulata que trabaja allí, con un mensaje: “si has venido para lo que pienso, podrás esperar unos minutos más”

Y allí me quedé, pensando en qué significaba un horizonte de trazo efímero o un cambio en lontananza. ¡Pamplinas! –me dije- son sólo rodeos a la cuestión principal: ya no me siento seguro en Saba, después de tanto tiempo...

Sin embargo, mientras meditaba estas cuestiones, pasaron por delante vecinos de toda la vida: el ingeniero, el hijo de aquel viejo guitarrista, la madre de mi secretaria etc. y me saludaron con el mismo gesto amable al que llevo respondiendo desde hace cuarenta años.

Quiero que se vaya Kate y que se lleve su pureza tentadora. ¡Pobre! No tiene ninguna culpa pero espero ansioso el miércoles que viene.

Al cabo de un hora bajó Carmen, sonriente.

martes, 4 de septiembre de 2007

UN HORIZONTE DIFERENTE

Estos días es imposible pasarse por el hotel, uno corre el riesgo de perder una rodilla contra una samsonite. En los otros bares todo el mundo habla de la desaparición del poeta. Sé poco sobre el tema y si lo cuento me siento un traidor. Así que prefiero caminar por la playa.

Tenemos distintos horizontes según la nacionalidad del turista: para los japoneses la línea es un trazo efímero, los americanos optan por las rectas, en cambio los europeos, siempre tan pedantes, quieren ver un horizonte con formas irregulares para compararlo con nuestras barreras de coral.

Al margen de consideraciones temporales, yo no estoy muy seguro de mi viejo horizonte. Es como si esa línea también me ocultara algo. No puedo estar permanentemente con la mosca detrás de la oreja, pero es que me lo han cambiado, aunque no sé en que lo noto.

Menos mal que el sol se pone más o menos como siempre.

lunes, 3 de septiembre de 2007

ME OCULTAN ALGO

Detesto los lunes en los que cada persona te habla de su fin de semana pero no me queda más remedio que hablarles del mío, así, en general (otra cosa que detesto, hablar así, en general).

Viernes: leo en Internet que se ha muerto otro: Vilallonga, un diplomático español. No le conocía personalmente ni tengo mucho que decir sobre él. ¿Qué clase de aristócrata era? Yo quise ser diplomático para parecerme a David Niven y no a Porfirio Rubirosa. Dicen mis conocidos que Vilallonga era del segundo tipo, mucho yate, mucha baronesa, mucho Ferrari. La nueva generación toma como ejemplo a Metternich aunque no saben quién es, tampoco saben quién es Niven ni Rubirosa (ni Vilallonga).


David Niven, un caballero




Sábado: Recibo una nota de Hassell, que me pide que vaya a verle por el asunto de Dillión. Le cuento lo que sé y, cuando pienso que me va a contar algo nuevo, me despacha con una sonrisa sardónica hasta la vista.



Domingo: Carmen y yo escuchamos un sollozo desgarrador mientras estamos jugando al rummykub. Subimos corriendo a la habitación de Kate y la encontramos desmayada en el suelo. A su lado hay una nota que ni Carmen ni yo nos preocupamos de leer. Cuando vuelve en sí, gracias a unas sales, esconde precipitadamente la nota y me pide que me marche de su cuarto. Carmen se queda con ella toda la noche. La partida de Rummy se arruina.